José Pachón Machín

Dice José Padrón Machín que la isla de Hierro es "pequeña en extensión y grande en problemas", condición que le ha permitido escribir tantas crónicas sobre su tierra. La primera la hizo a los 14 años, cuando envió al periódico tinerfeño La Prensa un escrito sobre la sequía que sufría la zona y, para su sorpresa, se lo publicaron.Entre las noticias más importantes relatadas por Machín cuenta, "indudablemente, la inauguración del faro internacional de Orchilla", último punto de orientación para los navegantes que dejaran las costas africanas hacia Occidente. Machín siguió la tendencia canaria de emigrar hacia América. Estuvo 10 años en Buenos Aires, donde también escribió en periódicos y revistas, y volvió a su isla siendo aún un joven de 26. Nunca hasta ahora quiso visitar la Península. Para el cronista de Hierro, ésta siempre le pareció "una propiedad particular de Franco". Colaborador habitual todavía hoy de Radio Nacional y de Televisión Española, Machín es socialista desde el año 1923, fecha en la que se afilió al partido socialista en Buenos Aires. Ahora ha aceptado la invitación de José María Calviño, director general de RTVE, de visitar un Madrid que "no me ha sorprendido, porque yo siempre he leído todo lo que se ha escrito sobre una ciudad que adoro".

Después de tantos años como cronista de Hierro, Machín ha escrito un libro denominado Noticias relacionadas con la historia de la isla de Hierro. También, por encargo del Cabildo Insular -y en homenaje a uno de sus escritores preferidos, Benito Pérez Galdós-, está preparando sus Memorias de otro desmemoriado. La memoria de Machín, sin embargo, apenas tiene lagunas. "He conocido la isla sin un kilómetro de carretera, sin puerto, ni teléfono, ni escuelas, ni hospitales, ni luz eléctrica, ni agua corriente". También recuerda con nitidez aquellos siete años de campo de concentración sufridos tras la guerra civil. En su cartera, junto a los retratos de su nieta o de su hija, guarda con mimo una antigua fotografía de Pablo Iglesias.

La flora, el paisanaje, la agricultura, los progresos; todo lo que esté relacionado con su isla es tema preferido para él, que conoce en profundidad y que le enardece. En "la séptima isla", como él la llama, no en sentido peyorativo, sino por ser la última según se avanza de Este a Oeste, "no hay un solo analfabeto, porque para una madre herreña que el hijo se quedase burro era peor que si fuera cojo". "Se habla muy bien el castellano, pese a que su población proceda, como yo mismo, de emigrantes gallegos y vascos. Las islas Canarias sí son islas afortunadas", dice también, "por su vegetación exuberante y por su clima de pocos cambios. Son afortunadas porque, además, su desventaja, la falta de agua, es superable".