Carlos Romero,
ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, confundió el cerdo con el cordero en un almuerzo con corresponsales extranjeros. Tras haberse revelado como un consumado experto en las más variadas cuestiones agrícola-ganaderas, Romero sufrió un desliz al solicitar una pausa "para acabar el cordero", cuando lo que estaba comiendo era un codillo de cerdo.
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