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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Antonio Gala y su 'Soldadito español'

Estoy totalmente de acuerdo con don Antonio Gala. Lo de Soldadito español es la mayor idiotez que se ha escrito jamás. La única diferencia es que yo no me refiero al estribillo de la popular canción, sino al artículo (?) así titulado que ha tenido usted la desgracia de cometer en su Cuaderno de la Dama de Otoño del domingo 19 de mayo.Quienes hemos seguido su discurso literario, desde Anillos para una dama al Almanzor televisivo, admirábamos su buen estilo, su dominio del idioma, su sensibilidad poética, aunque algunos no gustáramos, a veces, de ese toque de amaneramiento desmitificador que es una fijación en usted. Nadie es perfecto. ¡Pero ese Soldadito español ... ! Parece como si hubiera puesto usted su firma, sin leerlo, al manifiesto panfletario redactado por uno de esos colectivos estatales de pacifistas (que no pacíficos) y antimilitares (que no antimilitaristas). Tal es el tono insidioso, chabacano e insultante de su Soldadito español. Es, y se lo digo sin rodeos, de juzgado de guardia.

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Antonio Gala y su 'Soldadito español'

Se nos presenta usted como el paradigma del amor a la paz. Pero ¿cuál es su paz? ¿Una paz incondicional, cobarde y derrotista, o la paz fuerte, digna y honrosa que salvaguarde la soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, como dispone el artículo 8º de la Constitución?

"Si no eres paz cobarde, sino desdén y orgullo ( ... ) / entonces, paz de España, yo te saludo ( ... )/ y a ti, la España fuerte, si, en esta paz bendita / en tu desdeño esculpes, como sobre un escudo/ dos ojos que avizoran y un ceño que medita". Esto escribía en 1914 un profesor del Instituto de Baeza, Antonio Machado, poeta y andaluz como usted, que, al parecer, tenía de la paz un concepto muy distinto del suyo.

No voy a molestarme en rebatir sus deleznables argumentos que cualquier lector en su seso ya habrá hecho, si ha tenido la paciencia y el estómago de leer íntegramente su diatriba, lo que sería meritorio, pues su Soldadito español pertenece al estilo ladrillo, género mampostería, como dice Amando de Miguel, y el único atisbo de carientismo -su juego de palabras con los ángeles, los santos y los bobos- es propio de niño en edad de primera comunión algo retrasadillo. Solamente voy a hacer un par de consideraciones. Según usted, las guerras no han resuelto jamás nada. Yo, con perdón, creo que, al menos, han servido para que Menorca y las Canarias sigan siendo españolas y no británicas, para que Ceuta y Melilla sigan siendo tan españolas como hace siglos y para que la Cerdaña, el Ampurdán -y quién sabe si la Península toda- no sean parte integrante de la República Francesa.

Finalmente, si la vida militar se le antoja tan envilecedora y los suboficiales y oficiales somos imbéciles, ¿por qué no se limitó usted, en su día, a cumplir un servicio militar de mínimos, en vez de aspirar a hacerlo como oficial de complemento? Quizá fuera para, tras su licencia, poder intitularse en las tarjetas: "Antonio Gala Poeta insigne e imbécil emérito".-

General jefe de la Brigada de Infantería DOT II y gobernador militar de la plaza y provincia de Córdoba.

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