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Protección en la Costa del Sol ante la amenaza terrorista

A media mañana, cuando unos turistas se desperezan y toman café en la cubierta de un lujoso yate, en el muelle se prepara un equipo de submarinistas de los GEO para rastrear el puerto. En la playa próxima, con los primeros bañistas del día, se mezclan dos policías nacionales con perros especialmente adiestrados para detectar explosivos, que olfatean la arena. Ambas escenas son habituales estos días en la Costa del Sol, donde la presencia policial, antes imperceptible, es ahora más abundante que nunca. Precisamente por eso turistas y residentes están más tranquilos pero también más inquietos.

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Hace ya una semana que llegó a la Costa del Sol un equipo de submarinistas de los geo para unirse al ya existente de la Guardia Civil. Cada mañana, sin horario fijo ni tarea programada, estos hombres, con una edad media de 25 años, se enfundan en un mono de goma negro, se colocan dos botellas de aire sobre la espalda, unas gafas, y se lanzan al agua. Estos especialistas de la Policía Nacional están rastreando todos los puertos deportivos de la Costa del Sol; en total más de media docena.Los diques, los cascos de las embarcaciones, sobre todo las que casi nunca se mueven, y los rincones más insospechados son sus objetivos. Para mantenerse en forma, estos hombres tienen que practicar varios días a la semana determinados ejercicios físicos y técnicos. Por la noche, alguna que otra vez, se divierten en discotecas y bares de la zona, desconocida para ellos hasta ahora.

Tampoco tienen hora ni. itinerario fijos los perros antiexplosivos, de los que cuatro de los 12 que tiene la Policía Nacional en toda España están ahora en la Costa del Sol, dos en Torremolinos: y dos en Marbella.

Ir e Idi, dos magníficos ejemplares de pastor alemán, con cuatro y siete años, respectivamente, se mezclan entre los bañistas, rebuscan cerca de las hamacas, en los chiringuitos, en las papelera, siempre cerca de sus amos, dos policías nacionales que cada mañana, antes de comenzar el servicio, los cepillan cuidadosamente.

Estos perros y los otros dos de Marbella trabajan diariamente entre dos y tres horas. Recorren playas, paseos marítimos, jardines y aparcamientos.

El calor es su principal enemigo aquí, por lo que sus amos deben extremar los cuidados y darles el descanso necesario, pues de lo contrario no cumplirán con la eficacia y, la seguridad que exige su delicada misión.

Mientras descansan en una dependencia especialmente habilita da para ellos en la comisaría, sus amos, en el hotel, permanecen atentos al walkie-talkie para atender cualquier orden de los superiores. Además de los submarinistas y los perros antiexplosivos, entre Marbella y Torremolinos hay actualmente unos 600 policías que recorren las poblaciones en coche en moto y a pie.

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