'Cappicho', opereta bufa

Es posible que Capricho sea la película más insólita de este ciclo de cine alemán, siquiera sea por sus primeros minutos, que pueden dejar absorto al espectador. Aunque otras secuencias aisladas tengan también el mismo carácter, el filme, sin embargo, se desvanece luego por el camino de lo burdo. En cualquier caso, el convento de monjas, las cinco niñas de fuego de Caucasia y el enredo de referencias homosexuales de todo el filme (mujer disfrazada de hombre que se disfraza de mujer) dan a Capricho una dimensión de filme rebuscado pero, al tiempo, sin igual. La cursilería que va floreciendo a lo largo de la proyección y que acaba tomando definitiva fuerza debilita la primera oferta de forma tal que no se disminuye con la justificación final de que se trata de una farsa representada ni con las bromas que sobre esa misma cursilería florecen esporádicamente como la canción del pastorcito de las dos hermanas casaderas.Lilian Harvey es aquí la pizpireta mujer que prometió no casarse y a la que embarcan en una boda odiosa. El beso final que dedica a la pantalla redondea sus adjetivos de estrella. Era, según la estética del cine del III Reich, la mujer perfecta, es decir, aquella que hace feliz a quien la consiga, según reza una canción de la película.

Capricho se emite hoy, a las 22.05, por TVE-2.