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Cabestany sustituye a Delgado en el liderato

Pedro Delgado cogió la pájara y perdió el liderato, pero su compañero de equipo, PeUo Ruiz Cabestany, tomó el relevo. Colombia, por fin, vibró con la victoria de Antonio Agudelo y la Vuelta-85 entra en una fase emocionante, sin nada decidido, aunque los aspirantes al triunfo final son cada vez menos. Dos españoles figuran entre los cinco primeros de la clasificación general, mientras el británico Robert Millar conserva el segundo puesto y se reafirma como uno de los candidatos, debido a su fortaleza en la montaña. Delgado perdió casi cuatro minutos en la etapa de ayer.

El gran campeón belg a Eddy Merckx cambió el estilo del ciclismo mundial con su peculiar farma de correr. Un donostiarra, de 23 años, le imitó ayer durante el transcurso de la séptima etapa de la Vuelta a España, disputada entre Cangas de Onís y la estación invernal de Aguilar de Campoo. Pello Ruiz Cabestany no se adjudicó el triunfo parcial, pero defendió el jersey amarillo de su compañero Pedro Delgado y ya es el nuevo líder de la carrera. Lo hizo con inteligencia, en un terreno poco propicio para un hombre de embergadura -1,82 metros de estatura y 72 kilogramos de peso-. Estuvo siempre en los puestos de cabeza, a rueda de los escaladores natos y aguantó todos sus ataques, demostrando que hay que contar con él en esta Vuelta, porque, además, se defiende excelentemente en las pruebas contra reloj.Domingo Perurena, director deportivo del equipo Orbea, está de suerte al poder disponer de dos hombres de la categoría de Delgado y Ruiz Cabestany. Ayer tuvo una rueda de recambio de lujo, en el momento oportuno. Perico Delgado pinchó en el descenso del tercer puerto, el Collado de Carmona, al desgastar sus fuerzas en la persecución del francés Pascal Simon, pero allí estaba Pello para controlar la escapada del irlandés Sean Kelly.

Kclly sabía que la única oportunidad de recuperar el tiempo perdido y afrontar con garantías de éxito el puerto de Palombera, de primera categoría, y el del alto de Campoo, era lanzarse en tromba en el descenso del Collado de Carmona. Y se fue acompañado de Garde, Ruiz Cabestany y Chozas. Los cuatro no tuvieron ningún problema para sobrepasar a lo agotados Machín y Bagot, mien tras en el pelotón cundía el nervio sismo por la escapada.

Pero Kelly no está de suerte en esta vuelta, pinchó y el grupo perseguidor le alcanzó mientras Pello y sus compañeros de fuga enfilaban las primeras rampas del puer to de Palombera.

Los colombianos

Y fue allí donde surgieron los ciclistas colombianos, que en la pri mera etapa de alta montaña de cepcionaron. Su estrategia estaba muy bien planificada, a pesar de que su director deportivo, Raúl Meza, se quejaba en la salida de Cangas de Onís, de que algunos de sus hombres tenían problemas fisicos.Samuel Cabrera, perdido en la clasificación general, fue el hombre encargado de hacer la labor de desgaste y romper la carrera. Ascendió con ese estilo peculiar de los ciclistas colombianos, seguido muy de cerca por el británico Millar, Pacho Rodríguez, Ruiz Cabestany y Tomate Agudelo. Pasó primero por la pancarta del premio de la montaña, pero al ver que andaba justo de fuerzas prefirió esperar a su compañero de equipo, Agudelo.

El triunfo de la etapa estaba entre estos cinco hombres, porque por detrás, pese a los denodados esfuerzos de Pedro Muñoz, no había nadie capaz de enlazar con ellos. Y, una vez más, Millar buscó la victoria con tenacidad. El escalador británico lo intentó en repetidas ocasiones, pero los acelerones que daba eran rápidamente contrarrestados por sus rivales. Pacho Rodriguez llevaba el peso del marcaje, mientras Pello Ruiz Cabestany se mantenía alerta y Agudelo preparaba la llegada.

Fue un final espectacular. Todos sacaron fuerzas de flaqueza al avistar la pancarta del último kilómetro, pero nadie pudo con el demarraje del Agudelo. Millar tuvo que conformarse con el segundo puesto y su lucha no se vio recompensada con el jersei amarillo. Ruiz Cabestainy se lo impidió.

"Yo sólo estaba allí para defender el liderato de mi compañero Delgado. Aguanté bien todos los ataques de Millar, porque mi ritmo fue constante en todo momento y me he encontrado con esto". Eran las palabras del joven Ruiz Cabestany, el nuevo líder.

Pello o la inteligencia

"Es joven, tiene clase, pero ya veremos si puede controlar la carrera". Así definió ayer a Pello su rival más directo, Robert Millar. El británico quería un jersey amarillo que él le arrebató. Lo mismo ambicionaba el irlandés Sean Kelly, en la Vuelta al País Vasco, y se quedó con las ganas. El triunfo final fue para Pello Ruiz Cabestany, que lleva una temporada ideal para consagrarse en el ciclismo español.Nacido en San Sebastián bajo el signo de Piscis, 22 años, Pello pertenece a una nueva generación de ciclistas en los que prima la inteligencia, sobre. la fuerza. No es ciclista por necesidad, sino por hobby. Hasta los 18 años no tocó ese artilugio llamado bicicleta. Prefería la natación y el esquí de fondo. Fue precisamente por el esquí cuando comenzó a subirse a una bicicleta, convencido de que le iría bien a sus piernas. Ahora el esquí le sirve no sólo para entrenarse sino para dar clases a sus compañeros de equipo.

Esta es su segunda temporada como profesional. Por el ciclismo ha dejado los estudios, pero sigue cultivándose durante sus ratos libres. Pello todavía es un crío, que no se ha planteado su futuro, que no ha tenido sobre sus espaldas el peso de la responsabilidad. Ahora comienza para él una nueva etapa.

De origen catalán, en tan sólo dos años se ha convertido en el ciclista más popular de Euskadi. La bicicleta no tiene secretos para él. Sabe correr en pista y es mejor en contra reloj que escalador, aunque este año está obteniendo sus mejores éxitos en pruebas montañosas.

Hasta ayer debía proteger, cuidar, mimar y ayudar a su compañero Pedro Delgado. Ahora deberán trabajar todos para él. Un día Pello también trabajó para comprarse la primera bicicleta, con la consiguiente oposición familiar. Esa familia catalana que ayer vibró ante el televisor, lejos de Aguilar de Campóo, en el barrio del Antiguo, en San Sebastián.

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