Solos en la madrugada
Van cargados de pastillas de clorato potásico. Mascan chicle constantemente y la mayoría de ellos llevan un pañuelo anudado a su cuello. Son los periodistas colombianos, que en número de 25, sin contar los técnicos, han llegado para cubrir la información de la Vuelta. Utilizan esa parafernalia para preservar sus gargantas del frío y la humedad reinantes en Valladolid. Van a tener a su país en vilo. Colombia no podrá dormir durante 20 días porque la competencia entre las dos emisoras más importantes, Radio Caracol y Radio Nacional de Colombia, obligará a sus enviados especiales a trabajar un total de 154 horas de emisión. Para dejar afónico al mejor tenor.El año pasado sólo hubo en la Vuelta dos corredores colombianos, Patrocinio Jiménez y Edgar Corredor, integrados en el equipo santanderino Teka, pero también estuvieron sus periodistas. El espectáculo, por tanto, fue sólo el prólogo de lo que será esta vez. Ahora tienen un equipo completo, 10 corredores para moverse, para cantar sus apodos entre pedaleo y pedaleo. Y lo harán. Como lo hicieron en el último Tour de Francia, donde dieron espectáculo a raudales en la línea de meta.
Todo dentro de la lucha profesional general, porque las cadenas de radio española también han previsto un despliegue espectacular. Desde locutorios rodantes a coches como unidades móviles, e incluso helicópteros. La competencia entre radios españolas y colombianas será espectacular, aunque suelen trabajar hermanadas en muchos momentos. Y entre comentario y comentario, cuña publicitaria. La Vuelta 85 es un inmenso anuncio rodante, capaz de herir la sensibilidad de las piedras. Y todavía no ha comenzado.
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