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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Reagan como secundario'

La irresistible ascensión política de Ronald Reagan condiciona ahora la contemplación de sus viejas películas. Empeñados sus detractores en que fue tan mal actor como reaccionario político, encuentran complejas significaciones en los papeles que encarnó y hasta visos ridículos en sus composiciones interpretativas. Reagan fue, ciertamente, un actor menor. De no haber variado tan sustancialmente su profesión para encargarse ahora de mantener en vilo la tranquilidad de sus contemporáneos quizá hubiera pasado, como tantas otras promesas de aquel Hollywood, al limbo de los olvidos. Pero no fue en realidad intérprete tan grotesco. Incluso podía haber encontrado un hueco entre las estrellas de éxito, ya que muchas de ellas carecieron, como él, del talento que ahora se les adjudica. Un ejemplo puede encontrarse precisamente en Camino de Santa Fe, que protagonizó Errol Flynn, un galán al uso de la época, cumplidor de sus deberes pero escaso en matices y en auténtica brillantez interpretativa.En cualquier caso, para mantener la teoría de un Reagan coherente, manipulador de la historia y enemigo de los derechos humanos, la película de hoy es utilizada como prueba, aunque ello nazca de otra manipulación. Ningún actor ni director del momento tenían capacidad real para elegir guiones. Lo que a Reagan se refiere puede aplicarse a Michael Curtiz, que poco después de este Camino de Santa Fe dirigió Casablánca, tan opuesta en intenciones y resultados.

Reagan interpreta aquí a George Amstrong Custer, el asesino de indios, aunque la película no recoja la famosa hazaña. Los guionistas colocaron al histórico personaje junto a Jeb Stuart, interpretado por Flynn, aunque estos hombres no tuvieran contacto alguno.

La ambigüedad ideológica de la película, que enfrenta los criterios de los abolicionistas a los de los héroes de la trama (Flynn y Reagan), de forma que la antipatía de los primeros justificara su exterminio, puede parecer extraña en un país que realmente abolió la esclavitud. Quizá el ambiente de guerra (1940) inspirara tales desmanes, pero lo cierto es que los forzados anacronismos y la absurda filosofía última de la película permitieron que los críticos más responsables despreciaran Camino de Santa Fe en sus líneas más importantes.

Distinta fue, en cualquier caso, la valoración del trabajo de Curtiz, que se inspiró en el western para no hacer un western y en los datos históricos para tergiversalos, pero logró un filme de aventuras que respondía a los cánones.

Camino de Santa Fe se emite hoy a las 16.05 por la primera cadena.

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