Europa, 10 años de espera

( ... ) Los españoles, que han franqueado los Andes, descendido el Amazonas y desembarcado en Filipinas, y los portugueses, que fueron los primeros en dar la vuelta al mundo, se preparan para descubrir una tierra mal conocida que se llama Europa. Algunos lo hacen con esperanza y otros con aprensión. Pero todos ellos están satisfechos. La carta de admisión al club, muy cerrado, de Bruselas, era para ellos -mucho más que una integración al mercado común- un título de buena vida y costumbres democráticas. Los diez han tardado mucho tiempo en tomar su decisión. ( ... )A los negociadores de Bruselas, de vuelta en Madrid y que recibe Juan Carlos, más modesto que su ancestro el rey Sol, en su discreto palacio de la Zarzuela, les dice: "Como español y como Rey, estoy emocionado". El orgullo en Madrid es general. Los partidos políticos están de acuerdo. Manuel Fraga Iribarne, líder de la derecha y jefe de la oposición, formula ciertas reservas sobre las condiciones que los diez han puesto a la admisión de su país, pero no esconde en lo esencial su contento. ( ... )

Es bajo la égida socialista, Mario Soares en la orilla del Tajo y Felipe González en la del Manzanares, que se efectuará esta adhesión. ( ... )

Promovidos a europeos, los españoles deberán suscribir la incorporación de su país a la OTAN. ( ... ) Los dirigentes socialistas, hostiles en otra época a esta decisión, lo han aceptado después de su acceso al poder. Más rápidamente, en todo caso, que ciertos miembros de su partido, neutralistas, tercermundistas u hostiles a la política de bloques. Es para tranquilizar a sus compañeros disidentes por lo que Felipe González se ha comprometido a consultar al país. ( ... )

"Todo va a cambiar", profetiza Mario Soares. Efectivamente. ¿Pero para mejor o para peor? Ya ciertas clases sociales muestran su inquietud u hostilidad; en otros sectores se muestran en total sosiego. ( ... )

En la industria no se puede cuestionar que hay que reestructurar y modernizar. Dos palabras que plantean problemas a los jefes y dan miedo a sus asalariados. Porque para estos últimos la modernización es el paro. Y el IVA, ¿ésta novedad europea que Portugal y España ignoraban? Con él se teme que los precios aumenten más rápido que los salarios.

Eugene Mannoni

14 de abril