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Reagan propone un alto el fuego entre sandinistas, y 'contras' para negociar nuevas elecciones en Nicaragua

Ronald Reagan propuso el jueves un alto el fuego de dos meses a los sandinistas y a los contras para que ambas partes inicien unas negociaciones que conduzcan a la convocatoria de elecciones democráticas en Nicaragua. El presidente norteamericano ha hecho suya la propuesta que ya formularon el pasado 1 de marzo los rebeldes que luchan contra la junta izquierdista que gobierna en Managua. El Gobierno nicaragüense rechazó de inmediato la propuesta, por considerarla "otra maniobra de relaciones públicas" del presidente Ronald Reagan.

Horas antes de presentar este plan, Reagan obtuvo el respaldo del presidente colombiano, Belisario Betancur, que afirmó en la Casa Blanca que había visto un "ánimo constructivo y abierto" en la Administración norteamericana para desarrollar un diálogo que conduzca a la reconciliación nacional en Nicaragua. Reagan le pidió al presidente de Colombia que el Grupo de Contadora, que se reúne la semana próxima en Panamá, haga suya la propuesta de negociación formulada por Washington. Betancur afirmó en Washington que espera que exista la misma actitud dialogante en Nicaragua, pero advirtió también que una intervención militar norteamericana provocaría una ola de subversión en toda Latinoamérica.Reagan solicita también al Congreso que apruebe inmediatamente 14 millones de dólares, unos 2.500 millones de pesetas, de ayuda encubierta para los contras y se compromete a que este dinero, de ser votado, sólo se utilice mientras duren las negociaciones para ayuda alimentaria y medicinas y no para suministrar armas a los rebeldes. Después del próximo 1 de junio, y si las negociaciones no han dado resultado, el presidente se vería con las manos libres para utilizar todos los medios necesarios para ayudar a los contras, a los que calificó de "valientes luchadores por la libertad". Los líderes políticos de los contras, Arturo Cruz, Alfonso Robelo y Calero, fueron recibidos ayer por el presidente en el despacho oval de la Casa Blanca.

Nicaragua rechaza

La embajada de Nicaragua en Washington dijo el jueves que el nuevo plan de Reagan "servirá para utilizar más dinero del contribuyente norteamericano para las fuerzas contrarrevolucionarias, controladas por ex guardias somocistas". La embajada, que rechazó por completo la propuesta estadounidense, agregó que Managua nunca negociará con los contras "que son pura creación de la CIA".

La propuesta de paz de Reagan, formulada "en el espíritu de Semana Santa", va más dirigida al Congreso y a la opinión pública norteamericana que a los verdaderos protagonistas de la crisis centroamericana, según los primeros análisis realizados ayer tras su presentación. El presidente ha recogido el documento de la oposición a los sandinistas y lo ha hecho suyo como si se tratara de una nueva política de EE UU hacia Nicaragua. De hecho ha ampliado los plazos, ya que los contras exigían una respuesta de Managua antes del 20 de abril. Se trata únicamente de una formulación más hábil de la actual política de Washington, que persigue que los, sandinistas abandonen el poder o, al menos, lo compartan con la oposición que lucha contra la junta desde Honduras con apoyo de la CIA.

La oferta de Reagan se produce después de que los líderes parlamentarios de su propio partido le advirtieron el miércoles que la continuación de la ayuda a los contras no tenía ninguna posibilidad de ser aprobada si la Administración no formulaba una nueva política hacia Nicaragua. Es posible que ahora el Congreso acceda a la petición de Reagan, que afirmó ayer que la aprobación de los 14 millones de dólares es necesarta como incentivo para que los sandinistas accedan a negociar. El presidente advirtió que si Washington no ayuda a los rebelcides el comunismo puede extenderse desde Panamá a la frontera sur de Estados Unidos, "amenazando a este país con la violencia, el caos económico y una ola de refugiados".

La propuesta de Reagan sugiere la mediación de la Iglesia nicaragüense en las negociaciones para llegar a unas elecciones, que serían supervisadas internacionalmente. Reagan explicó que el ejemplo de El Salvador, donde el presidente Duarte ha abierto el diálogo con la guerrilla, es válido también para Nicaragua.

Cuatro condiciones

Reagan exigió también a Nicaragua las cuatro condiciones que reitera su Administración: el cumplimiento de las promesas democráticas que realizó a la CEA cuando los sandinistas tomaron el poder; el fin de la agresión a los países vecinos; la salida de los asesores militares "soviéticos, cubanos, libios y de la OLP", y la reducción del Ejército nicaragüense al nivel del de sus vecinos.

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