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Pierre Boulez

El que fue 'niño terrible' de la música europea acaba de cumplir 60 años

Soledad Gallego-Díaz

Pierre Boulez, el controvertido músico francés que algunos consideran como el sucesor de Webern o Schoenberg, acaba de cumplir 60 años. El que fue niño terrible de la, música europea sigue conservando su mal carácter: dictador, ruidoso, orgulloso y malcriado son algunos de los epítetos que ha merecido en su carrera.

ParísBoulez empezó a estudiar piano a los seis años en su pueblo natal de Montbrison, en el Loire. Pese a que hoy día está considerado como un "admirable pianista", sus comienzos no fueron buenos. No pudo entrar en el Conservatorio de Lyon y suspendió en el de París. Aquel joven estudiante que destacaba en matemáticas, física y química se negó, sin embargo, a seguir la carrera de su padre, ingeniero, y se empeñó en dedicarse exclusivamente a la música.En febrero de 1945, cuando tiene 24 años, oye por primera vez una obra de Schoenberg: "Fue una revelación. La pieza no obedecía a ninguna ley tonal", dice. Pierre Boulez se convierte a la nueva música y figura entre: los que aquel mismo año patean concienzuda mente un concierto de Stravinski. Lee a Rimbaud, Mallarmé y Joyce y admira a Paul Klee. Presta poca atención a la amistad y puede ser violentamente desagradable.No le gustan los deportes y asegura que no le interesa nada que no sea serio. No es extraño que Jean Louis Barrault y Madeleine Renard, que terminaron por encargarle la dirección musical de su teatro, pensaran en un primer momento que aquel joven tenía "tan mal carácter corno un gato". Influido por el serialísmo, y sobre todo por Webern, Pierre Boulez compone su primera obra, una sonata para piano, en 1946. Dos años después, la segunda sonata, considerada como una de sus mejores partituras, provoca un gran escándalo. La mitad del público silbaba, mientras que la otra mitad, integrada por sus seguidores, aplaudía a rabiar. Un crítico escribió: "Qué pena que este joven matemático desperdicie sus dotes en la música". Boulez ha tenido que cargar siempre con la fama de músico algebraico. Uno de los rasgos de su vida, según èl mismo, es la soledad, "musical personal". El escándalo de la segunda sonata no fue nada comparado con el que provocó la Polyphonie X, acogida por los oyentes con maullidos. El compositor, poco dado a la autocrítica, reconoce, sin embargo, que aunque la idea era buena, "la puesta en práctica era, tal vez, demasiado esquemática".

Para entonces, Pierre Boulez era ya un músico lo suficientemente conocido como para que la Unesco le invitara a participar en un concierto sobre La obra del siglo XX. Su obra, la famosa Estructura, duraba sólo tres minutos y medio, pero probablemente pocas piezas musicales de este siglo han inspirado tantos ríos de tinta.

El compositor francés -siempre atento a su rivalidad con Stockhausen en el liderazgo de la música europea contemporánea alcanzó su consagración en los años setenta, en un momento en el que precisamente muchos creían que había perdido el "genio creador". Agasajado y reconocido como el "gran maestro" de la música francesa, Pierre Boulez no modificó su endemoniado carácter. Incluso sus admiradores reconocen que, es "un dictador" y que está convencido de que ocupa un lugar importante en la historia de la música. En 1980, los cinco directores del Instituto de Investigaciones Musicales (IRCAM) dimitieron simultáneamente porque no podían soportar la tiranía de su presidente. "Con mi posición y mi edad", afirmaba Boulez, "me niego a participar en comités idiotas". Su respuesta a las acusaciones fue una nueva obra, Répons, que volvió a auparle al primer plano. Pierre Boulez acoge ahora, encantado pero convencido de que los merece, los homenajes preparados con motivo de su 60º cumpleaños.

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