Antoni Gutiérrez, reelegido secretario general de los comunistas catalanes
El VII Congreso del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) reeligió ayer a Antoni Gutiérrez Díaz como secretario general del partido, por una sustancial mayoría de los 100 miembros del nuevo Comité Central, a su vez consensuado por todos los sectores del partido. La reelección de Gutiérrez Díaz, que obtuvo 81 votos a favor de los 96 miembros que asistieron a la primera sesión del Comité Central, obedece a la decisión del sector mayoritario del congreso de controlar el proceso de renovación, pedido unánimemente por todos los delegados, para que éste no afectara a la cúpula de los órganos de dirección.
BarcelonaEl Comité Central dejó vacante la presidencia del partido, abandonada por propia decisión por Gregorio López Raimundo, para, en palabras de Gutiérrez Díaz, "romper el binomio secretario general-presidente, en beneficio de la dirección colectiva", conocida como la direzione.La creación de este equipo colegiado, asumida unánimemente por todos los delegados y los cambios registrados en el comité central -que suponen el 50% de su composición y donde han ingresado cuadros sindicales de empresa, alcaldes y técnicos-, determinan el grado de renovación decidido por el congreso.
Críticas a Carrillo
En su discurso de clausura, Gutiérrez Díaz se comprometió a "respetar y alentar" esta renovación, que todos conceptúan de forma "abierta", lo que equivale a decir que este VII congreso será el último de Gutiérrez Díaz como secretario general. La direzione (un máximo de 12 personas) y el Comité Ejecutivo del PSUC serán escogidos dentro del plazo estatutario de 15 días y sin duda responderán al equilibrio de fuerzas registrado en el congreso.Gerardo Iglesias y Antoni Gutiérrez Díaz exigieron en sus intervenciones en la sesión de clausura ,respeto al centralismo democrático". El dirigente del PSUC reafirmó "la plena coincidencia del partido, y de los delegados designados para la Conferencia Nacional del PCE, con las decisiones de la actual dirección de los comunistas españoles".
Previamente, Iglesias había realizado unas durísimas críticas a Santiago Carrillo y a sus seguidores, a quienes acusó de incapacidad para debatir democráticamente sus planteamientos, de estar negando con su actitud la pluralidad del partido y calificó de desestabilizadores. Entre fuertes aplausos, Gerardo Iglesias afirmó que su actitud "está atentando contra los intereses de los trabajadores, porque debilita el movimiento obrero".
El secretario general añadió: "La desestabilización permanente que crea esta minoría se extiende hasta el mismo sistema de partidos, poco consolidado, y presta argumentos a quienes piensan en volver al pasado".
El secretario general del PCE, que en conversaciones privadas había descartado la posibilidad de una escisión de los carrillistas, negó públicamente que se fuera a sancionar a "quienes violan toda norma permanentemente", y dijo: "Preferimos que se automarginen a adoptar medidas de expulsión".
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