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Autocrítica de los dirigentes del PSUC ante su VII Congreso

Enric Company

El informe del comité central saliente al VII Congreso del Partit Socialista Unificat: de Catalunya (PSUC), que el próximo sábado iniciará sus trabajos, formula un duro juicio sobre la actuación de los órganos de dirección surgidos del anterior congreso, celebrado en marzo de 1982, seis meses antes del hundimiento electoral de los comunistas. Este informe ha sido entregado a los delegados que asistirán a la reunión.

El texto señala, respecto al propio comité central, que ha sufrido "un proceso de erosión" que incluye "desistimiento de las responsabilidades personales por parte de un número importante de sus miembros". Atribuye esta situación a la "desmotivación por las deficiencias globales" del comité central y a la atracción de actividades sectoriales "más eficaces o gratificantes". Sostiene también que ha habido una "de solidarización por falta de identificación política", e incluso deserción de la actividad política o actitud de abandono para situarse en la esfera de influencia de otros partidos.En cuanto al comité ejecutivo, el informe indica que "no ha desarrollado una tarea globalizadora, creativa y mediadora", y que ello ha contribuido a "desdibujar el papel del PSUC en la política catalana", salvado sólo en parte gracias al "esfuerzo personal de algunos cuadros". El informe atribuye el origen de la crisis de dirección sufrida por el PSUC desde el anterior congreso a "la incapacidad de formar un núcleo dirigente homogéneo", como consecuencia de las tensiones internas que entonces ya habían desembocado en la escisión del sector prosoviético. El informe reconoce que el PSUC no fue capaz de dotarse de 1a mejor dirección posible".

El tono crítico de este informe -que dedica 25 de sus 102 páginas a examinar la situación interna del partido- se quiebra al referirse a la figura del presidente y del secretario general, a cuya actuación no se hace ninguna referencía. Sin embargo, señala que la creación de una futura secretaría política de unas 12 personas, a las que se traspasarían "las responsabilidades individualizadas de la dirección cotidiana" que hasta ahora dependen del secretario general y de miembros del comité ejecutivo, podría modificar la significación de estos cargos.

"No se trata de formar un equipo dirigente alrededor de estas dos figuras", sino de crear un nuevo tipo de dirección en la que el trabajo colectivo prevalezca sobre el individual. El actual presidente del PSUC, Gregorio López Raimundo, dijo en julio que no seguiría en el cargo tras el próximo congreso, mientras el secretario general, Antoni Gutiérrez Díaz, claro favorito para la reelección, ha anunciado su disposición a ceder la plaza para facilitar una nueva dirección.

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