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Pruebas son amores y no subidas sin razones

Si alguien necesitaba una prueba que demostrara la situación irregular del mercado puede encontrar una en el desarrollo de la sesión de ayer, en la que el índice general volvió a flexionar a la baja -11 centésimas- después de repuntar casi un entero en la jornada anterior.Los expertos suelen calificar a estas situaciones como erráticas, es decir, que no hay previsión posible respecto a la evolución inmediata del mercado. Solamente después de registrar una serie de tres jornadas con ganancias podría decirse que la tendencia se ha clarificado. Pero si, como es previsible dentro de lo que cabe, continúan estas subidas y bajadas intermitentes, la bolsa terminará por encaminarse irresistiblemente a la baja. Al menos ésa es la experiencia en situaciones parecidas.

Los analistas consideran que la falta de informaciones concretas respecto a la política de reparto de dividendos por parte de las compañías eléctricas es la base fundamental a la hora de explicar la actual desconfianza de los inversores hacia estos valores, que han venido siendo el motor del mercado desde hace bastante tiempo. Mientras, las empresas prosiguen sus regateos sobre el precio de los activos a intercambiar. Y no parece que haya nada nuevo.

Esta incertidumbre, por otra parte, podría terminar dando más alas a los valores bancarios, a pesar de que los inversores no parecen muy predispuestos hacia el corro. Pero ante la apatía eléctrica tampoco están quedando tantas oportunidades bursátiles para las grandes carteras. De momento, la banca ha empezado a entender el funcionamiento de la caja y las oscilaciones no son tan fuertes e injustificadas como los primeros días en que comenzó a funcionar el nuevo sistema de contratación. Ayer seis grandes registraron saldos positivos y solamente Banesto se encontró con títulos a la venta, en todos los casos poco significativos.

El tercer sostén del trípode bursátil, la Compañía Telefónica, ha mejorado el precio de su cupón, aunque la acción perdió medio entero. De todas formas, esta última, que está situada un entero sobre el cierre de la semana anterior, se encuentra tan apoyada en estos momentos que tampoco sirve para conocer la tendencia real del mercado.

Los volúmenes de contratación, por otra parte, tampoco indican excesivas ganas de vender. El lunes se contrataron 1.858 millones de pesetas efectivas, algo menos que en las últimas sesiones de la semana anterior, aunque ya representa una elevación sobre los primeros días de aquella tanda. Las operaciones a crédito también sufren de esta desgana, con 65,6 millones en compras y 37,2 millones en ventas. Es significativo que otra vez se aproximan los niveles entre unas y otras y que supone el aumento de cierta actitud bajista.

No son pocos los operadores que se mantienen en liquidez en espera de una clarificación de tendencia -el análisis técnico sigue apuntando hacia el 106%-, y mientras cada vez son más los que vuelven sus ojos hacia los pagarés, haciendo bueno el lema de alguna mediadora recomendando operar en ese mercado "entre operación y operación bursátil".

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