La pareja cuyos hijos murieron en una cueva, forzada a abandonar Fuentidueña de Tajo

Timoteo Valbuena y Concepción Sánchez, padres de los cuatro niños que murieron asfixiados por el humo el pasado 14 de enero en una casa-cueva de la localidad madrileña de Fuentidueña de Tajo, abandonaron ayer el pueblo a consecuencia de la presión ejercida por prácticamente todo el vecindario, que les considera culpables de la muerte de los niños. Los cuatro hijos del matrimonio estaban encerrados en la casa-cueva, sin posibilidad alguna de salir por sus propios medios, cuando se produjo el incendio, mientras sus padres estaban bebiendo en un bar de la localidad.Timoteo Valbuena y Concepción Sánchez pasaron a disposición del juez de instrucción de Aranjuez, partido judicial al que pertenece Fuentidueña, y quedaron ingresados en las cárceles de Carabanchel y Yeserías, respectivamente, por un presunto delito de homicidio por negligencia. Una quinta hija del matrimonio, Raquel, pasó a cuidados de un familiar. Ayer no fue posible entrar en contacto con el juez instructor para conocer la situación legal actual de la pareja.

El domingo por la mañana el matrimonio llegó en el autobús de línea a Fuentidueña de Tajo. Inmediatamente se corrió la voz y centenares de vecinos se concentraron en la plaza y, posteriormente, se dirigieron a la casa-cueva, situada en las inmediaciones del pueblo, exigiendo al matrimonio que abandonara la localidad.

El alcalde de Fuentidueña, el socialista Pedro Antonio Mora, convocó el domingo un pleno extraordinario en el se tomó la resolución de pedir al juez que, por temor a posibles alteraciones de orden público, fijara como residencia obligatoria del matrimonio cualquier lugar excepto el pueblo en cuestión. El alcalde reconoció ayer que no existen muchas posibilidades legales de conseguirlo.