Elecciones cantonales en Francia
( ... ) ¡Qué trastorno en la constelación política! Las cantonales deberán ser la confirmación. La Francia partidista de 1985 no tiene nada que ver con la de 1981. La correlación de fuerzas está totalmente transformada. En otro tiempo, en la categoría de los superpesados, el partido comunista, con más del 20% de los sufragios, hoy ha perdido la mitad de su influencia electoral. En el ángulo opuesto, el Frente Nacional, en cuatro años, ha pasado de la nada al 11 % en las elecciones europeas de junio. La sacudida provocada por este hundimiento de terreno y esta erupción volcánica son considerables. Ha afectado a todo el ámbito político.La primera, y sin duda la más importante, consecuencia es la profunda ruptura aparecida en la unión de la izquierda. Inventada en 1965, con motivo de la primera elección a presidente de la República en sufragio universal, esta fórmula ha pesado durante dos decenios sobre la vida política y permitido a François Mitterrand acceder al poder. ( ... ).
En cuanto a los socialistas, están dispuestos a tender de nuevo, en tiempo de elecciones, la mano a los comunistas: es lo que muestra la oferta de renuncia automática hecha por Lionel Jospin, primer secretario del PS, para las elecciones cantonales. ( ... ).
¿Quién tiene la responsabilidad del fenómeno Le Pen? UDF y RPR, que constatan que la extrema derecha no existía antes de 1981, responsabilizan a los socialistas. Georges Marchais acusa igualmente al poder, prestando así ayuda a la oposición. ( ... )
Queda una pregunta esencial: ¿a quién beneficia Le Pen? Matemáticamente, a la oposición, ya que la voces del Frente Nacional son contabilizadas a su favor. Políticamente, en cambio, sucede de otro modo: amenazando la ascensión de la derecha, el fenómeno Le Pen hace el juego al jefe del Estado.
François Miterrand lo sabe y pretende utilizar este arma. Todo acuerdo entre derecha y extrema derecha será denunciado y estigmatizado por sus seguidores, para provocar la ruptura en el seno de la UDF y de la RPR, a los que la idea de unirse al Frente Nacional provoca fuertes reacciones. El presidente afirma incluso que el menor acuerdo en las cantonales será la prueba de que la derecha está dispuesta a gobernar con Le Pen en 1986. Y quiere ignorar el argumento según el cual, instaurando la proporcionalidad, tendrá la responsabilidad de hacer entrar al Frente Nacional en el Parlamento. ( ... )
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