Un éxito socialdemócrata en los comicios del Sarre fortalecería a la izquierda del SPD alemán
El éxito o el fracaso del candidato socialdemócrata (SPD) a la presidencia de Gobierno del Estado de Sarre (República Federal de Alemania) en las elecciones del próximo domingo -el alcalde de Saarbruck,- Oskar Lafontaine, de 41 años- tendrá una influencia decisiva sobre la línea futura del Partido Socialdemócrata de la RFA (SPD). Lalóntaine es un representante del ala izquierda de la socialdemocracia (SPID), partidario de abandonar la estructura militar de la OTAN, opuesto a las armas nucleares y defensor de un ecosocialismo que tenga en cuenta no sólo la explotación del hombre, sino también la de la naturaleza.
Las elecciones regionales en el Sarre, así como las que ese mismo domingo se celebrarán en Berlín Oeste, tienen, cuando se ha pasado el ecuador de la legislatura federal, el carácter de una auténtica piedra de toque tanto para el Gobierno de centro derecha del canciller democristiano Helmut Kohl (CDU) como para determinar la línea que seguirán en el futuro los socialdemócratas (SPD) y lácapacidad de supervivencia de los liberales (FDP).El Sarre, con poco más de un millón de habitantes, es el más pequeño de los Estados federados de la RFA, exceptuadas las ciudades Estado de Hamburgo y Bremen. Durante los últimos 65 años, el Sarre tuvo una movida historia. Creado como unidad política en 1920, como resultado del Tratado de Versalles, bajo la administración de la Sociedad de Naciones, el Sarre se incorporó hace 50 años al Reich alemán tras un referéndum. Después de la 11 Segunda Guerra Mundial, el Sarre pasó a depender de un alto comisario francés, pero los intentos de integración en Francia fracasaron en el referéndum del 23 de octubre de 1955.
Región en crisis
Desde 1957, el Sarre es un Estado federado de la RFA, gobernado desde entonces por la Democracia Cristiana (CDU), frecuentemente en coalición con los liberales (FDP), como en el momento actual.El Sarre es una región en crisis, en reconversión industrial debida a la situación de sus principales recursos económicos, el carbón y el acero. La tasa de paro del Sarre es de las más elevadas, de la RFA: uno de cada siete habitantes está sin trabajo, y el volumen de deuda del Estado rebasa ya el doble del presupuesto anual. De los 30.000 trabajadores de la siderurgia sólo trabajan actualmertte 14.000, y esta cifra deberá reducirse a 10.000. En las minas, los 65.000 mineros de hace años han bajado a 22.000.
Los programas de jubilación an ticipada y pago de elevadas prestaciones sociales han evitado en el Sarre una situación de crisis social como la existente en la vecina región de Lorena, en Francia.
La crisis de la siderurgia, el paro y los problemas ecológicos han sido los temas centrales de una campaña electoral calificada de histórica y a la que se atribuye una importancia tan decisiva como a los referendos de hace 50 y 30 años. El presidente de Gobierno del Sarre, el democristiano Werner Zeyer (CDU), de 55 años, es un político gris que ha tratado en su campaña de pintar el caos que se cierne sobre el Sarre si el rojo Lafontaine gana las elecciones del domingo. Concurre a los comicios con el lema "más vale el trabajo honrado que los experimentos peligrosos".
El presidente de Gobierno y los democristianos del Sarre argurnentan que para sacar a la región de la crisis se necesitan las subvenciones de Bonn, y nada mejor que un Gobierno del mismo color, capaz de mantener buenas relaciones con la capital federal.
Lafontaine (SPD) ha conseguido en las anteriores elecciones, en 1980, hacer del SPD el partido más fuerte del Sarre, con un 45,4% de votos, frente al 44% de los democristianos (CDU), que pudieron tener mayoría gracias al 6,9% del partido bisagra, los liberales (FDP). El resultado que consiga Lafontaine tendrá una gran repercusión sobre la línea futura del SPD. El alcalde de Saarbruck es el más destacado representante de la llamada generación de los nietos del socialdemócrata Willy Brandt. Lafontaine es un intelectual, físico, con capacidad de reflexión y talento político brillante, que algunos comparan con Helmut Schmidt.
Gancho popular
En la central del SPD en Bonn se espera con interés el resultado del domingo, y un alto funcionario socialdemócrata comentó hace días en un círculo privado: "Si Lafontaine gana, tendremos que frenarlo, y si pierde, habrá que frenar a sus enemigos dentro del partido".A pesar de su componente intelectual, Lafontaine tiene gancho popular y consigue en el Sarre enardecer a su auditorio, que le j alea entusiasmado: "Os-kar, Oskar". El candidato del SPD es un duro contendiente para los verdes, porque asegura que no aceptará un pacto parlamentario y sólo admitirá una participación en coalición gubernamental con el partido ecopacifista.
Los liberales (FDP), que luchan por superar la barrera del 5% que les permita una representación parlamentaria como la primera señal de una recuperación del partido bajo la nueva dirección de Martin Bangemann, pronostican también el caos si en el Sarre se consuma una mayoría verdirroja.
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