La meditación del PSOE sobre la justicia
La decisión socialista de promover que los 20 miembros del órgano de gobierno del Poder Judicial sean elegidos por el Parlamento es el final de un largo proceso de meditación, del que no ha estado ausente la ineficacia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en sus cuatro primeros años de existencia y la falta de adecuación de la gran mayoría de la magistratura española a los imperativos democráticos de la Constitución. Desde que el año pasado el magistrado Clemente Auger expresó en público la conveniencia de este sistema de elección, la decisión ha recorrido una larga marcha.Sentencias como las recientes del Tribunal Supremo que han pretendido eliminar los criterios sociales para la distribución de las subvenciones a la enseñanza, unidas a las corruptelas económicas de la justicia, no suficientemente atajadas por el CGPJ y a la ineficacia general de la Justicia, han motivado en la mayoría socialista un deseo de lograr "una mínima coherencia política entre los tres poderes del Estado, en consonancia con la mayoría parlamentaria que en cada caso gobierne", según una alta fuente gubernamental.
Las dudas sobre la constitucionalidad de la fórmula adoptada han llevado al PSOE a consultar a prestigiosos juristas, entre ellos Antonio Hernández Gil, presidente de las Cortes Constituyentes y actual presidente del Consejo de Estado, que se han pronunciado en favor de la misma. Los riesgos de que la próxima renovación del Tribunal Supremo y el nombramiento de los presidentes de los tribunales superiores de justicia sean realizados por un órgano controlado por la ultraconservadora Asociación Profesional de la Magistratura han llevado también a los socialista a dar este paso.
"Entre un órgano controlado por José Gabaldón (presidente de la APM) o por Felipe González y Manuel Fraga, prefiero este último", afirmaba ayer un diputado socialista.
