El PSOE andaluz quiere reforzar la imagen popular de Rodríguez de la Borbolla
La necesidad de mejorar la imagen popular José Rodríguez de la Borbolla con vistas a las próximas elecciones autonómicas se presenta como el principal objetivo a corto plazo del PSOE de Andalucía, que hoy inicia su congreso regional. Esta meta es, al tiempo, la justificación con que círculos próximos al presidente de la Junta autonómica explican el definitivo reforzamiento de su poder en la ejecutiva regional.
El congreso del PSOE de Andalucía se inicia esta tarde, con todo resuelto. Desde hace un mes ha sido filtrado a los medios informativos de la región que la ejecutiva, además de reducir su número de hombres, sufrirá algunos cambios, todos ellos en la línea de potenciar la figura de los hombres afectos al presidente andaluz y secretario regional, Rodríguez de la Borbolla, y de apartar a las personas de las que éste desconfía (véase EL PAIS de ayer).Fuentes del partido y del Gobierno autonómico justifican esta actitud en la necesidad de reforzar la imagen de José Rodríguez de la Borbolla con vistas a las próximas elecciones, que, a salvo de cambios de fechas, serán las últimas antes de las legislativas, y en las que, por tanto, un descenso notable: del PSOE podría marcar una tendencia peligrosa para estas últimas.
La imagen de Rodríguez de la Borbolla es una permanente preocupación en el PSOE regional. La permanente comparación con Rafael Escuredo, cuyo tirón popular nadie discute, es casi una obsesión para los dirigentes socialistas.
Las encuestas realizadas por la propia Junta, y cuyos resultados no se hacen públicos, revelan que los índices de conocimiento y popularidad de Rafael Escuredo siguen siendo notablemente superiores a los de Rodríguez de la Borbolla.
De los políticos andaluces en activo, el comunista Julio Anguita, alcalde de Córdoba y candidato por el PCA a las elecciones autonómicas, es el de mayores índices de aceptación.
La presentación por los demás partidos de la caída de Rafael Escuredo como un recorte del nivel autonómico andaluz, que implica la consideración de José Rodríguez de la Borbolla de un hombre al servicio del centralismo y su propia falta de imagen pública son los dos problemas que arrastra el actual presidente autonómico con vistas a las próximas elecciones, previstas para el año próximo.
Nuevo aparato administrativo
A ello se une el hecho de que el presidente arrastra la dificultad de la creación de un nuevo aparato administrativo autonómico, aún no completado. Esta situación produce problemas del tipo del padecido en las obras del Plan de Empleo Rural, en el que las obras encomendadas a la Junta de Andalucía tuvieron un nivel de realización notablemente más bajo que las que dependían de organismos estatales.De otra parte, los dos deslices más notables sufridos por el Gabinete andaluz durante los últimos meses ocurrieron en consejerías confiadas a hombres considerados próximos a José Rodríguez de la Borbolla.
Uno de ellos, en la Consejería de Gobernación, cuyo titular, José Miguel Salinas, ha firmado un discutidísimo convenio con la cadena SER por el que la Junta compra la práctica totalidad de la programación regional de esta cadena para potenciar la imagen del Ejecutivo autonómico.
El otro, en la consejería de Cultura, cuyo titular, Javier Torres Vela, también puesto por Rodríguez de la Borbolla, se vio forzado a impedir la realización de una urbanización contigua a la Alhambra incluida en un plan general que el propio Torres Vela había aprobado, no mucho tiempo atrás, cuando ocupaba el cargo de concejal en Granada. La incorporación como jefe de gabinete de José Recio, el hombre que organizó con éxito la campaña del PSOE en las elecciones autonómicas, se incluye en esta política de arropamiento de la figura de Rodríguez de la Borbolla.
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