El mito de la tecnología
El día 17 de febrero publica Victoria Camps un trabajo titulado Elegir la tecnología. Aun estando de acuerdo con la mayor parte de lo que allí se dice, no puedo menos de expresar mi perplejidad ante lo que considero un obsesivo desmarque de todo lo que sean posiciones ecologistas y que se observa con cierta frecuencia en muchos intelectuales de estos tiempos. Algo así como un miedo pudoroso a comprometerse con la denuncia ecologista en general. La autora nos habla del "mito de lo natural", pero nunca alude al mito de lo tecnológico. Que uno sepa, la actitud que la autora califica de "catastrofista y apocalíptica" no suele producirse en los términos extremos y maniqueos con que es descrita en el artículo; en este sentido, hay una caricatura insostenible que no da cumplida cuenta de una producción teórica respetable, y hay, además, afirmaciones igualmente insostenibles, como la de decir que el pensamiento así tildado de catastrofista es víctima de una concepción antropocentrista, cuando precisamente quienes hablamos de moral ecológica y de cosas por el estilo mantenemos justamente todo lo contrario.Pero tal vez lo más criticable de todo el texto sea la reiterada y constante referencia a la tecnología: la tecnología produce, la tecnología hace, la tecnología descubre, la tecnología capacita... Pero ¿quién es la tecnología? Creo que no es más que otro ente de ficción, igual que el de la naturaleza, tan denostado por la autora. La tenología es un producto, y el productor de tecnología, jarnás nombrado por la autora, todos sabemos quién es. Ciertamente no es el hombre que tiene que elegir y en cuyas manos, según la propia V. Camps, está la "selección y preferencia deliberada de lo técnicamente posible". Eso es lo que hay que denunciar, sin necesidad de fabricanos mitos contira los que arremeter en nombre de atemperados amores al progreso tecnológico. La tecnología no domina ni oprime a nadie. Dominan y oprimen quienes la controlan y dirigen. Ahí es donde está la raíz de la incapacidad del ser humano, de la que se habla en el artículo. Y ahí es donde se hace necesaria la alerta.-
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