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UGT y CEOE piden que el Gobierno concrete su propuesta de reforma de la Seguridad Social en Telefónica

Los representantes de UGT y de la CEOE solicitaron ayer una mayor concreción en la reforma de la Seguridad Social propuesta por el Gobierno. A juicio de ambas organizaciones, los datos aportados en el denominado Libro Naranja, único documento aportado hasta ahora, dejan demasiadas incógnitas sin despejar.

Adolfo Jiménez, director general del régimen económico de la Seguridad Social, señaló ayer, al término de la reunión que mantuvieron representantes del Gobierno, de UGT y de la CEOE, que los interlocutores sociales lo habían presentado alternativa alguna a la propuesta gubernamental. La queja del representante de Trabajo chocaba con las que patronal y UGT habían efectuado casi en el mismo sentido: el Gobierno no les daba los datos necesarios para evacuar el contenido de la reforma le Seguridad Social.De esta forma, la reunión de ayer sirvió, si no para llegar a acuerdos concretos, sí, al menos, para que cada uno se quejara de la falta de datos de cada una de las partes. Los representantes del Gobierno, por boca de Adolfo Jiménez, señalaron que ni UGT ni CEOE habían ofrecido alternativa alguna a las propuestas gubernamentales, y, coincidiendo con palabras anteriores del ministro Almunia, que la reunión había sido positiva por cuanto suponía avanzar en la reforma.

El carácter positivo del encuentro no estaba tan claro, ni para UGT ni para CEOE, aunque coincidieron en algunas de sus críticas. Ambas representaciones -Jiménez Aguilar por la CEOE, y José María Zufiaur, por la central socialista- se quejaron de que el Gobierno no había concretado sus propuestas, que faltaban documentos fundamentales para poder pronunciarse y criterios aún no desvelados.

Juan Jiménez Aguilar, secretario general de la CEOE, señaló con cierta ironía que, hasta ahora "lo más que se puede decir es que no hay reforma, porque no sabemos en qué consiste".

Menos agrio, pero no menos exigente, fue José María Zufiaur que, aunque admitió que el Libro Naranja podía ser, en principio, un buen punto de partida, señaló que no podía avanzarse si antes los interlocutores sociales no contaban con los datos suficientes: financiación, nivel de prestaciones, cuantificación y plazos de las propuestas contenidas en el documento del Gobierno. En definitiva, era fácilmente apreciable en ambos representantes una cierta decepción sobre la reunión de ayer.

Como solución, el acuerdo de crear una nueva comisión, ésta de carácter más restringido y técnico, que avanzara en puntos concretos de la reforma. No hay calendario. O, al menos, no se hizo público, pero el Gobierno prometió que en próximas reuniones entregaría este tipo de documentación para su estudio .

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