El subsecretario de Justicia aboga acabar con la sacralización de los jueces

El subsecretario de Justicia, Liborio Hierro, reivindicó para el Gobierno "la realización de la política judicial, como de toda política, bajo el control parlamentario" en la primera de las jornadas sobre la justicia organizadas por el semanario Tiempo, que concluyen hoy. Frente al reproche efectuado por José Gabaldón, presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) a los medios de información por la "viciosa actualidad" en que colocan a los jueces, Hierro estimó como "el primer signo de la democracia judicial que se hable de los jueces y se acabe con su sacralización".

En la sesión del miércoles pasado intervinieron también sobre el tema Justicia y Constitución, Perfecto Andrés, de la mayoría progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y Pablo Castellano, diputado socialista y presidente de la Comisión de Justicia e Interior del Congreso, que debatirá a partir del próximo 4 de marzo sobre la ley orgánica del Poder Judicial (LOPJ). Inauguró las jornadas el presidente del CGPJ, Federico Carlos Sainz de Robles, quien se congratuló de una iniciativa que permitirá "hacer aportaciones a los representantes del pueblo".Hierro explicó quie el poder judicial lo detentan "todos y cada uno de los jueces y magistrados", mientras que al CGPJ le corresponde preservar la independencia de todos ellos y al Gobierno realizar la política judicial y responder de ella ante las Cortes. En respuesta a unas afirmaciones recientes de Gabaldón contrarías a la "viciosa actualidad" de los magistrados, aseguró que los jueces están "de gozosa actualidad", porque un signo de la vida democrática es la crítica, que en el campo judicial debe acabar con la "sacralización de los jueces que se esconde tras las togas los estrados". Reprochó otras declaracíones de Gabaldón, según las cuales los socialistas, tras asaltar los poderes legislativo y ejecutivo, pretenden "asaltar el poder judicial".

Gabaldón negó que su intención fuera considerar la victoria electoral socialista como un asalto, y precisó que la preocupación que él pretendió expresar es el riesgo de que "las Cámaras asuman todos los poderes del Estado, porque eso históricamente se llamó Convención, y dio mal resultado".

Por lo demás, José Gabaldón puntualizó que no se queja de la crítica, sino de "la crítica viciosa o desaforada". El presidente de la APM expresó la conveniencia de que el CGPJ asuma las antiguas competencias del Ministerio de Justicia y manifestó el riesgo de que las 500 bajas que producirá la jubilación a los 65 años de los magistrados, unidas a las 400 vacates actuales, no puedan ser cubiertas "con dignidad" mediante el cuarto turno, o sistema de acceso por concurso Hierro recordó que el tribunal del concurso será idéntico al de la oposición.

Justicia para el pueblo

Castellano reprochó que se hablara tanto de los jueces, cuando la justicia, como el resto de los poderes, tiene su origen en el pueblo y se debe a los ciudadanos. Recordó que los jueces son "administradores de la justicia no sus propietarios". En cuanto a la independencia de los jueces, señaló que habrá de preservarla no sólo del Ejecutivo, sino también del propio CGPJ, órgano de gobierno de la justicia.Perfecto Andrés expuso que la legitimación de los jueces -que en el anterior régimen se daba por supuesta- proviene del nitodelo judicial que se imponga, acorde con la Constitución y respetuoso con principios como el de inmediación, y por su apertura a la crítica y a la sociedad civil. Estimó muy difícil la independencia en el actual contexto jerarquizado, en el que los jueces suelen guiarse, más que por el servicio al justiciable "por el gusanillo del ascenso".

Le replicó el magistrado Eduardo Fernández Cid, para quien "sin la aspiración de llegar al Tribunal Supremo no hay juez, porque esa es la razón de su ingreso en la carrera". Otros participantes en el coloquio, en su mayoría magistrados conservadores, expresaron sus recelos ante las anunciadas facilidades a los juristas para el acceso a la carrera judicial sin oposición.