El avión se estrelló tras invertir su posición por el choque de un ala con una antena de televisión

El Boeing 727 de Iberia que el pasado martes se estrelló en las cercanías de Bilbao tocó con el extremo del ala izquierda la antena de Euskal Telebista, invirtió su posición y se estrelló contra el monte Oiz, según los primeros datos provisionales de los investigadores. Según estos datos, la tripulación manejó correctamente el altímetro del avión, sistema clave para controlar la altitud del aparato, pese a lo cual el Boeing volaba 300 metros por debajo de la altura mínima de seguridad.

El trozo más grande que ha quedado del aparato corresponde a una zona central del puro o estructura longitudinal del avión. De la posición en que quedó esta parte, los técnicos deducen que el aparato, invirtió su posición, de forma que la parte inferior del aparato miraba al cielo, antes de tocar el suelo.La tripulación había introducido correctamente en el altímetro la presión barométrica de 1.025 milibares existente en la zona en el momento del accidente. El dato de la presión había sido comunicado a la nave por los controladores de la torre de Sondica y, en principio, existía la duda de si había sido interpretado correctamente.

De acuerdo con las primeras investigaciones, la altitud que señalaba el altímetro era de "alrededor de 3.800 pies" (1.151 metros), cuando la altitud mínima de seguridad fijada en la carta de aproximación a Sondica es, en la zona del siniestro, de 4.354 pies (1.327 metros). También el dato de la altitud mínima de seguridad, que fue introducido por la tripulación en el altímetro correspondiente, "parece que fue puesto correctamente por los pilotos a la vista de las primeras observaciones", según las fuentes informantes, aunque, evidentemente, fue rebasado en cerca de 300 metros por debajo del límite.

Una vez que los pilotos, comprueban la altitud mínima de seguridad, introducen también el dato en el Altitude Alert o Alarma de Altitud, sistema que activa automáticamente un pitido en el caso de rebasar esa altura, extremo que se desconoce si se produjo en el Boeing 727 de Iberia.

Una vez observados estos hechos, los expertos centran sus especulaciones en la hipótesis de que el accidente se produjo "por causas exógenas" que originaron una brusca pérdida de altura. No obstante, algún investigador todavía no descarta, hasta que se hagan las comprobaciones oficiales, que el altímetro no reflejara exactamente la altitud a la que volaba el avión.

Desprecintada la 'caja negra'

Fuentes del Ministerio de Transportes dijeron que ayer fue desprecintada la caja negra o Voice Recorder (grabador de voces) que registra las conversaciones mantenidas a lo largo del vuelo. Estas fuentes señalaron que, en principio, no se había observado ninguna anomalía grave.

Siempre según los datos provisionales, el último contacto por radio mantenido desde el avión con la torre de control del aeropuerto de Sondica se produjo a las 09.26 horas, momento en el que la tripulación del aparato pidió autorización a la torre para iniciar el giro de 180º y situar el avión en dirección a la pista.

Debido a que ya habían pasado varios minutos y los controladores ni recibían la llamada desde el avión ni lo veían, decidieron llamar al aparato y ya no recibieron respuesta alguna, por lo que comunicaron la alerta a las autoridades del aeropuerto.

El impacto contra la torre de Euskal Telebista provocó definitivamente la caída del avión por la ladera del monte Oiz. El surco dejado por el avión entre los árboles del monte es de unos 1.500 metros.

Con respecto a la antena de Euskal Telebista, fuentes oficiales de Aviación Civil dijeron ayer que "desde el momento del accidente se estudia" la posibilidad de que esa torre pueda interferir el sistema ILS (Instrumental Landing System o Sistema de Aterrizaje Instrumental) instalado en Sondica para facilitar el aterrizaje de aviones en ese aeropuerto.

Respecto de que el monte Oiz no figure en la carta de aproximación que utilizan los pilotos para acercarse a Sondica, las mismas fuentes oficiales de Aviación Civil señalaron que "si en los programas de formación figuran los datos suficientes de las rutas y aeropuertos, no es necesario repetirlos en las cartas de maniobra, con objeto de no dificultar su lectura rápida en vuelo".