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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las cenizas del sentimiento

A comienzos de 1953, movido por razones íntimas un poco oscuras, Roberto Rossellini decidió realizar un filme sobre la decadencia del amor entre un hombre y una mujer que llevan largo tiempo unidos. Su idilio con Ingrid Bergman, que creció en medio del escándalo, dejaba ver los primeros indicios de frío.De ahí probablemente esa obsesión, inicialmente difusa, pero que adquirió contornos nítidos tras su lectura de Dúo, una novela de la escritora francesa Colette que le proporcionó una clave argumental para desarrollar un asunto que, por concernirle personalmente, le resultaba difícil objetivar.

Rossellini tenía un engañoso aspecto apacible que escondía un temperamento compulsivo y a veces violento. Descubrió su necesidad de hacer este filme, se enamoró de la novela y, sin más averiguaciones, se puso a preparar el tinglado. Contaba, obviamente, con Ingrid Bergman y necesitaba para darle la réplica a un actor especial, de aspecto distante y secretamente atormentado.

Rossellini, desde que vio en el filme de Joseph L. Mankiewicz Eva al desnudo su interpretación -por la que ganó un oscar- de un gélido intelectual que encubre con máscara de dominio su inseguridad interior, sentía una admiración sin límites -cosa rara en quien como él solía despreciar a los actores profesionales- por George Sanders, actor de origen ruso y escuela británica, difícil de catalogar, sobrio, intenso y con gran economía gestual. Rossellini llamó a Hollywood y contrató a Sanders de un plumazo.

Cuando Sanders llegó a Italia con un ejemplar de Dúo en la mano, se encontró con que haberse aprendido de memoria la novelita había sido un trabajo inútil en un individuo que, como él, economizaba esfuerzos hasta la avaricia. Al impulsivo Rossellini se le había olvidado indagarsi los derechos de filmación de la novela estaban libres y cuando fue a adquirirlos descubrió que estaban vendidos.

Sanders, personaje de carácte difícil, cayó en uno de sus frecuentes estados de depresión -uno de ellos le llevó al suicidio, años después, en España- y hubo que llamar a su psiquiatra para que, en ruinosas conferencias telefónicas, intentara ponerle a flote, cosa que no consiguió.

Rodaje a tumba abierta

Lo logró durante algún tiempo el propio Rossellini, que comenzó a rodar a tumba abierta, con sólo un eje argumental esbozado en unas cuartillas, improvisando escenas y diálogos de un día para el siguiente, otra película con el mismo asunto: Viaje en Italia (o Te querré siempre).El rodaje, lleno de frenazos y aceleraciones, fue minando el escaso equilibrio psíquico del actor. Llamaron a Hollywood a su mujer, Zsa-Zsa Gabor, que tampoco logró acabar con la depresión de Sanders. Malas lenguas dicen que, por el contrario, la agravó.

De otra manera, y por otras causas, Ingrid Bergman también lo estaba pasando mal, y esta doble circunstancia -Rossellini era un lince a la hora de aprovechar las circunstancias casuales que surgían en sus rodajes- impregnó a las imágenes del filme con una noble contención interpretativa.

La sensación de tensa dejadez, cercana a la inexpresividad, que reflejan ambos personajes era, en gran parte, motivada por un dolor real e, intenso, que las cámaras engullían y con él alimentaban la intensidad y el dolor del poema, que es un poema sobre las cenizas y, bajo ellas, el último rescoldo de un fuego en trance de extinción.

Hondura y belleza

Te querré siempre es importante en la historia del cine europeo, pues prepara el giro de estilo de Michelangelo Antonioni y sus secuelas y de la nueva ola francesa. Es, como todos los de madurez de Rossellini, un filme que -en ritmo de agua estancada, que le hace dificil de seguir por la sutilísima graduación de las mutaciones interiores que narra- posee gran hondura y no menos belleza. Es bueno que lo conozcan quienes buscan en el cine algo más que una manera barata -en sentido material e intelectual- de pasar el rato.Te querré siempre se emite hoy a las 22.05 por TVE-2.

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