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El entierro de la sardina despidió el carnaval

Miembros de la Alegre Cofradía del Santo Entierro de la Sardina, plañideras vestidas de luto riguroso y acompañantes, la mayor parte disfrazados, en un número superior a las 500 personas, salieron en la tarde de ayer de la antigua pradera del Corregidor, frente a la ermita de San Antonio.El cortejo, por el puente de la Reina Victoria trasladó el ataud con la célebre sardina, a la Casa de Campo en donde fue enterrada cerca de la puerta de las Moreras.

Se repetía así, una vez más, una antigua tradición que se remonta al reinado de Carlos III y que, a pesar de las numerosas prohibiciones de que ha sido objeto, se ha realizado prácticamente sin interrupción todos los años, en las últimas décadas.

Paralelamente numerosas personas acudieron al entierro montado por el colectivo Gusarapo en la plaza Mayor. En ambos cortejos fúnebres, de acuerdo con la tradición, no faltaron risas festivas y lamentaciones por la terminación de los carnavales.

Mientras se celebraban las solemnes exequias, un terrorífico camión, sobre el que viajaban 10.000 watios de sonido, esparcía la música del Trío Eléctrico por la glorieta de Atocha, el paseo del Prado, y los bulevares.

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