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Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El fútbol vuelve a la televisión, España se normaliza

Volvió de nuevo el fútbol a la televisión. Volvieron las disputas familiares sobre qué cadena conectar el domingo por la noche. El extremo barcelonista Carrasco, que fue entrevistado tras el encuentro del pasado domingo en Atocha entre el Barcelona y la Real Sociedad, encontró una frase muy original para explicar por qué el dominio del líder no se había traducido esta vez en una victoria: "El fútbol es así", dijo sagazmente el Lobo. Todo sigue igual. El país recobra la normalidad.Matías Prats, hijo, avanzó en la presentación la hipótesis según la cual la crisis de asistencia a los estadios se debía a la falta de ambiente provocada por la ausencia de Estudio estadio desde comienzos de temporada. Ésa era nuestra esperanza. Después de ver el programa, la cosa no está tan clara.

Sequía de goles ibéricos

Por una parte, el fútbol que se practica actualmente en España es deleznable. Baste recordar, como síntoma indirecto de la crisis de identidad que nos sacude, que seis de los ocho máximos goleadores del actual campeonato son jugadores extranjeros. El vallisoletano Jorge y el osasunista Orejuela son los únicos representantes autóctonos situados en el cuadro de honor. Con lo que estaría todo dicho, excepto que, además, este año no existe la incertidumbre sobre quién será el campeón, que sirvió en las cuatro últimas temporadas para suplir con algo de emoción la ausencia de calidad futbolística.

Otros años, cuando el Barcelona era el Barcelona, el carnaval y la cuaresma estaban mejor repartidos que este. Ahora, la glotonería de los de Venables sólo alimenta el hambre canina de todos los demás.

Secreta esperanza

El regreso del perdido Estudio estadio ha roto la secreta esperanza de tantos y tantos aficionados que: mantenían la antigua llama sagrada fingiendo creer que su equipo tal vez lo hacía mejor en los desplazamientos a campo foráneo que en su propia casa. Los artísticos dibujos semánticos de los heroicos enviados especiales para sostener la moral a base de "inteligentes tácticas de contención", "eficaz control del rival" u "ofensivas estratégicas sobre la propia retaguardia" se han derrumbado con estrépito. "Esto es lo que hay", fue el escéptico mensaje.

La superioridad épica del relato radiofónico o periodístico sobre el reportaje televisivo se puso de una vez más de rnanifiesto en las imágenes del tercer gol de Wilmar Cabrera en el estadio del Manzanares.

Lo que para los radioyentes y lectores de la Prensa valenciana podía haber sido, y no había ninguna razón para regatearles ese gusto, la "culminación gloriosa de una tarde inspirada", fue convertido por las prosaicas -y crueles- cámaras de TVE en una escena más propia de una película de Cantinflas. El uruguayo descubrió con sorpresa que el balón que buscaba por otra parte se hallaba incrustado en el fondo de las mallas. Puso cara de Mario Moreno, tornó a mirar, incrédulo, a la portería y sólo entonces levantó tímidamente los brazos.

Los realizadores, respetuosos con las canas de¡ viejo león, quisieron ahorrar a los bilbaínos el sofoco de la derrota del (todavía) doble campeón a manos del colista. Dijeron que había habido "problemas de grabación". Gracias sinceras.

Menos explicación tiene el escamoteo de la jugada descrita como "más brillante del partido de la jornada": el vuelo de Arconada para detener un tiro de Schuster. Y es que hay que mantener un mínimo de incertidumbre. "Si quiere estar seguro de verlo, acuda al estadio y pague su entrada". Tal era el subliminal mensaje deslizado por la Liga Profesional.

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