El INH convocará esta semana a las refinerías para proceder a la constitución de la 'nueva Campsa'
El presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), Óscar Fanjul, convocará en el curso de esta semana al presidente de Campsa, José Luis Díaz Fernández, y a los presidentes o representantes de las refinerías privadas y públicas para abrir las negociaciones orientadas a la constitución de la denominada nueva Campsa.
El reciente cambio producido en la presidencia del holding ha trastocado algunos planteamientos previos que se tenían sobre esta operación -que supone el cierre del proceso de adecuación del sector petrolero a la futura competencia comunitaria-, y ahora será el INH, en lugar del Ministerio de Industria y Energía, el encargado de llevar adelante las conversaciones con las empresas de refino.La considerada última fase de la constitución de la nueva Campsa consiste en la entrada en el capital social de la empresa (ahora, 97% capital público y 3% en manos privadas) de las seis empresas de refino y del INH de acuerdo a los porcentajes previos establecidos en el protocolo que firmaron el 8 de julio de 1983 el ministro de Industria, Carlos Solchaga, y los presidentes de Campsa y de las refinerías (EMP, Petroliber, CEPSA, Petromed, Petronor y ERT). De esta manera, las refinerías se habrán integrado en una sociedad de distribución, con el consiguiente proceso de racionalización de sus costes, organización y funcionamiento.
Con anterioridad a este paso, el INH culminó la compra de los .activos de distribución que estaban en manos del Patrimonio del Estado por un importe algo superior a los 100.000 millones de pesetas. Asimismo fue necesario que el INH adquiriera a los accionistas privados de Campsa, mediante una oferta pública de adquisición (OPA) de acciones al 250% de su valor, la casi totalidad del capital de la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, SA (Campsa), con el fin de que sólo participaran en la sociedad de distribución accionistas vinculados a las empresas refinadoras.
Según los términos del protocolo, el esquema ideal del accionariado de la nueva Campsa sería el siguiente: Empresa Nacional del Petróleo (EMP), 34,2%, CEPSA, 15% Petronor, 13,4%; Petroliber, 7,9%; Petromed, 7,7%, y Explosivos de Río Tinto (ERT), 5,9%. El INH, como holding y en función de garante de la mayoría pública, se reserva el 16%. Estos porcentajes se decidieron en función de la capacidad real de refino de las empresas, y su importancia se desprende de la cuota de mercado que, en referencia a estos porcentajes y prorrateando el 16% del INH, les corresponderá en el futuro.
Repartir la carga
Precisamente las negociaciones que se abrirán previsiblemente esta semana persiguen confirmar estas participaciones y repartir la carga que va a suponer sobre la cuenta de resultados de las empresas de refino su entrada en el capital social de Campsa.Lo pactado en el protocolo es que las empresas paguen estas acciones en función del neto patrimonial de la compañía tal como ha quedado después de la segregación de la misma de sus intereses en exploraciones petrolíferas, inversiones financieras y otros activos que disponía vía la Corporación de Hidrocarburos, ahora una sociedad propiedad del INH. Según fuentes del sector, la idea es que en las negociaciones se pacte una fórmula de pago de este neto patrimonial, que se estima que ronda los 70.000 millones de pesetas, es decir, los 110.000 del activo de la sociedad menos el reducido endeudamiento que tiene en la actualidad.la compañía arrendataria.
El deseo de los refinadores privados es que su entrada en Campsa no sea excesivamente onerosa sobre su cuenta de resultados y que a poder ser las acciones se paguen con recursos autogenerados por las compañías.
El principal problema teórico que tendrán las negociaciones, según expertos del sector, guarda relación con la nueva fórmula de precios ex refinería -esto es, el sistema como Campsa liquida a las refinerías sus entregas de productos-, que está a punto de concretarse en estos días. La fórmula se basa sobre costes estándares y persigue que las empresas racionalicen y optimicen su gestión de compras de crudo, gastos financieros, etcétera.
La nueva fórmula, según algunas fuentes, lleva pareja un mecanismo transitorio de ayuda al saneamiento de las empre sas por la vía de una sobrefacturación porcentual en ventas. Queda pendiente de definir en la misma la cobertura de los costes de amortización de las instalaciones catalísticas (los FCC), que previamente se compensaban por el diferencial de precio entre crudos pesados y lígeros.
Fusiones en el sector
La probable imposibilidad de alguna empresa de hacer frente a sus compromisos financieros en la constitución de la nueva Campsa ha llevado a algunos expertos a plantearse la eventualidad de proceder a algunas fusiones en el sector privado del refino. Mientras que el sector público culmifiará antes de junio este procceso en sus dos refinerías -EMP y Petroliber-, en algunos medios oficiosos se baraja la idea de que Petronor y Petromed, dos empresas en buena situación financiera y con la única actividad del refino, procedan a acuerdos de colaboración industrial -y, eventualmente, de unión- con ERT, la compañía en peor situación del sector.En las negociaciones que dirigirán óscar Fanjul y José Luis Díaz Fernández, como presídentes del INH y de Campsa, serán abordados estos temas, así como el significativo de la gestión de la nueva sociedad y de la política de amortizaciones, distribución de dividendos, etcétera.
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