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Reportaje:

Filipinas prepara la sucesión de Ferdinand Marcos

La carrera para la sucesión del presidente Ferdinand Marcos está en marcha en Filipinas. Los indicios sobre la precaria salud del veterano, dictador, de 67 años de edad, junto al renacer de la oposición, sólo pueden verse truncados por un golpe militar si el período de cambio, abierto actualmente en Filipinas pone en peligro los intereses de Estados Unidos en la zona.

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Un duelo sin concluir

El asesinato del ex senador Benigno (Ninoy) Aquino, el 21 de agosto de 1983, fruto de un complót militar que ahora se juzga, fue el detonante para un cambio en Filipinas. Originó una fuga masiva de capitales. Despertó a la opinión pública. Reagrupó a la oposición. Dividió a los militares. Y sembró la inquietud en los Estados Unidos con respecto al futuro de lo que fue su colonia durante 50 años y es hoy una pieza clave en el Pacífico. A todo ello se suman ahora los múltiples rumores sobre los serios problemas de salud del presidente Marcos.El primer toque de atención se produjo en las elecciónes a la Asamblea Nacional, en mayo de 1984, cuando la oposición logró un tercio de los escaños, creando una corriente de hostilidad hacia Marcos. Fue una resolución del Congreo -aprobada por una apabullante mayoría de 413 votos contra tres- lo que aconsejó al Presidente filipino la creación de una comisión investigadora independiente sobre el asesinato de Aquino, considerado como el más importante adversario político de Marcos.

En el calendario político hay previstas nuevas elecciones locales en 1986 y elección presidencial para 1987. Pero hay también serias dudas de que pueda llegarse hasta tal fecha en medio de la actual efervescencia política y social, crisis económica y enfermedad de Marcos, que lleva ya casi tres meses sin salir de su palacio de Malacayang.

La mejor solución de recambio para Marcos sería intentar colocar a su influyente esposa, Imelda, de 55 años de edad, al frente del país. Actualmente ya es ministra para el Bienestar Social y gobernadora del área de Metro-Manila. "No soy candidata", dice y repite la primera dama, sin convencer a muchos, dada su gran ambición política.

Si al final, Imelda fuera candidata, el actual partido en el poder, el Kilusang Bagong Lipunan (KBL), o Movimiento de la Nueva Sociedad, podría estallar en diferentes fracciones. Así lo indican ya las declaraciones de algunos ministros, como el de Asuntos Exteriores, Arturo Tolentino, un crítico moderado de Marcos, o del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, cuando no duda en sostener que el crecimiento de la guerrilla comunista se debe al aumento de la injusticia, la corrupción en el Gobierno y el desfase en la educación. También se citan piara la sucesión a hombres de negocios en la sombra, como Eduardo Cojuangco, conocido como el rey del coco.

Si Marcos desaparece de la escena política por motivos de salud, la Constitución prevé la convocatoria de elecciones en el plazo de 70 días. Pero, ante el riesgo de perder el control de la situación en un proceso electoral, los herederos de Marcos podrían inclinarse por la instauración de una junta militar, que incluiría a ministros civiles, con promesas para futuras elecciones.

Los militares, dirigidos por el general Ramos, sustituto temporal del general Fabián Ver -acusado de haber encubierto el crimen contra el senador Aquino-, tienen mucho que decir en el futuro de Filipinas. Sobre todo si la oposición más radical lograse colocar a un presidente nacionalista, contrario a la presencia de bases militares estadounidenses en, Filipinas. El país se enfrenta también a la realidad de una guerrilla armada, calculada entre 10.000 a 15.000 hombres en el New People Army (NPA), de orientación comunista maoísta, y la guerrilla de inspiración musulmana del Moro National Liberation Front (MNLF), que controla amplias zonas en la isla de Mindanao, al sur del archipiélago.

Entre los esquemas de la oposición, dividida entre moderados liberales, partidarios,de la reforma, y radicales defensores de la ruptura, figura la posibilidad de una convocatoria anticipada de la elección presidencial, incluso dentro del año en curso. Todo depende del factor salud de Marcos.

Gobierno de coalición

La diáspora de eventuales líderes va de ex senadores, como Jovito Salonga y José Diokno, a hombres de negocios, como Jaime Ongspin, hasta la viuda y el hermano del líder asesinado, Corazón Aquino y Agapito (Butz) Aquino."Esperamos llegar a la unión antes del 10 de marzo", dice Salonga, que defiende tesis contrarias a la presencia de bases militares de EE UU con armamento nuclear, tras su reciente regreso del exilio en Estados Unidos. Para primeros de marzo la oposición, reunida en el Partido Liberal, la coalición de la Unión Nacional Democrática, independientes y hombres de negocios, espera llegar a un consenso para una alternativa democrática a la presidencia de Filipinas, después de celebrar una convención nacional de la que deberá salir un candidato único.

Como esquema de Gobierno, la oposición coincide, en líneas generales y con diferencias en el asunto de las bases militares de EE UU, en el plan para un Gobierno de coalición elaborado por el econoinista Alejandro Lichauco.

Un Gobierno de coalición que aplicaría una transición, en tres años, entre el actual régimen autoritario de Marcos y la normalización para unas posteriores elecciories totalmente libres. Destaca entre los principales puntos un programa de emergencia para contrarrestar la crisis económica, preparar el país para futuras elecciones, negociar con el MNLF, restaurar las libertades constitucionales y liberar a todos los presos políticos (cifrados entre 1.000 y 1.300). Tal alternativa, de escasa ,áabilidad si Marcos continúa en el poder, contaría con la presencia de los representantes de todos los partidos políticos -incluido el coinaunista, hoy en la clandestinidad-, las fuerzas militares reorganizadas, el MNLF y el NPA. Un esquema completo para un país que parece intuir que ningún dictador es eterno, aunque sí reemplazable.

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