Ambiente tal vez demasiado optimista

La reiteración de los resultados de las sesiones bursátiles está consiguiendo crear un ambiente tal vez demasiado optimista, sobre todo teniendo en cuenta que las últimas realizaciones de beneficios no han logrado más que refrendar la orientación de la tendencia imperante en los mercados. Los temores detectados en algunos círculos próximos a los parqués encuentran su causa, precisamente, en esta especie de subida sin fin que empieza a ser dificilmente controlable y que sólo podría acabar en una desbandada general. Para evitar esta situación será necesaria una menor presión de las órdenes de compra durante algún tiempo, ya que la vía de las realizaciones de beneficios no ha conseguido los objetivos tradicionales. Un período de tranquilidad no le vendría nada mal al mercado, toda vez que lograría asentar los precios en sus actuales niveles y permitiría separar con algo más de calma el trigo de la paja.Pero, por el momento, esto no son más que recetas particulares para tratar de poner un poco de orden en el pequeño caos que representa el alza generalizada y continua de los mercados. Lo cotidiano son las subidas de los valores eléctricos y de Telefónica, que, por cierto, ayer perdía buena parte de su propio impulso, cediendo un punto y cuarto en el transcurso del corro, pero cerrando, a pesar de ello, con una mejora de un entero en relación a la sesión anterior.

La demanda volvió a situar a los valores elétricos en primera línea, llevando a varios de ellos a registrar subidas al límite, efectuándose todas las transacciones a ese precio. No fue éste el caso de Hidrola, que empieza a recibir algunos tanteos vendedores a medida que se acerca a la barrera del 100, y necesitó de varios cambios sucesivos para ganar los dos enteros y medio que mostraba como beneficio al final de su corro. Hay que señalar que el dinero continua insistiendo en tomo a estos valores, a pesar de que a los actuales precios su rentabilidad empieza a resultar moderada.

El sector bancario protagonizó un retroceso generalizado, con lo que viene a confirmar la aceptación de su papel secundario en este ejercicio. Una vez descontados los dividendos, las partidas vendedoras impidieron al grupo mantenerse al amparo de la tendencia general, registrando la caja de los siete grandes un resto vendedor superior a los 100.000 títulos. Se cierran así las posibilidades del sector de recuperar posiciones y acercarse al cada vez más inalcanzable índice general. Dentro del grupo destacó Banesto, por descontar su segundo dividendo a cuenta del pasado ejercicio, que, debido al lastre que representaban los casi 68.000 títulos que tenía sin contrapartida compradora, cedió junto con 1,10 enteros. Lo positivo estuvo a cargo del Central y del Popular, que, dado lo corto de sus saldos compradores, hubieron de conformarse con repetir su cotización anterior.

Poco destacable hay en el resto, no siendo un par de actuaciones aisladas, por lo que es necesario recordar la contratación conseguida en la sesión del viernes pasado, en que en el mercado madrileño se sobrepasaron con creces los 4.000 millones de pesetas, de los que casi una cuarta parte se contrató a crédito. Como viene siendo habitual, el grueso del negocio se centró en los valores eléctricos y en Telefónica, sumando entre estos dos grupos más de 3.000 millones de pesetas efectivas.