Un abogado denuncia negligencia en el trato médico a un preso que murió
José Luis Segovia, abogado y educador de la Coordinadora de Barrios para Seguimiento de Jóvenes y Menores, ha presentado una denuncia ante el juzgado de guardia contra el director y el médico del Centro de Detención de Jóvenes de Carabanchel, por si las circunstancias en que se produjo la muerte del preso Francisco Reyes Fernández pudieran ser constitutivas de delito de negligencia profesional.Reyes Fernández, de 18 años de edad, falleció el pasado 19 de enero en el hospital penitenciario. La denuncia obra en manos del decanato de los juzgados de la plaza de Castilla, a la espera de que sea asignada a un juzgado en concreto.
Según la denuncia, el abogado había advertido meses antes de la muerte del joven el evidente deterioro físico que presentaba, y solicitó formalmente al director del centro su traslado urgente al hospital penitenciario. La medida, sin embargo, se tomó tarde.
Trasladado al hospital el 15 de enero, falleció el día 19, sábado, a las 8.45 de la mañana, a consecuencia de "parada cardiaca, hemorragia digestiva alta por posible cirrosis secundaria a drogadicción", según consta en el parte médico. El joven fue enterrado al día siguiente en el cementerio de la Almudena, sin que llegara a efectuarse la autopsia.
El texto de la denuncia señala que Francisco Reyes Fernández, recluido en el centro desde junio de 1984 a la espera de juicio, "desde hace tres meses aproximadamente venía padeciendo un progresivo deterioro fisico, que se evidenció cuando tuvieron que sacarlo a comunicar entre varios compañeros porque no se tenía de pie. Alguna vez se lo encontraron tirado en el suelo".
En una ocasión el propio abogado tuvo que acompañarlo hasta el rastrillo del interior de la cárcel "porque se caía".
El 30 de noviembre el abogado conversó con el médico de la cárcel, doctor Guadalix, quien le aseguró que el joven estaba sometido a tratamiento y que se pondría bien en pocos meses. Sin embargo, el abogado intercedió ante el director de la prisión de jóvenes y consiguió el traslado al hospital general penitenciario, donde murió a los cuatro días.
La denuncia expone que "caso de que el proceso (de la enfermedad) hubiese sido irreversible, lo procedente sería haberlo internado en el hospital penitenciario o en otro que tuviera los medios para darle la atención debida, atención que en modo alguno podía tener en la cárcel convencional".
El director del centro prefirió no hacer declaraciones sobre el caso y se limitó a decir que la versión del abogado no es cierta y remitió la respuesta oficial a la Inspección General de Instituciones Penitenciarias.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Justicia confirmó la muerte del joven recluso en el Hospital Penitenciario, por la causa citada anteriormente, pero añadió que no se ha abierto ninguna investigación al respecto. En cuanto a las circunstancias que rodearon el fallecimiento, el portavoz dijo que no podía manifestarse en ningún sentido, por carecer de datos.
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