Un tipo del 33% pondría en peligro la industria nacional, según la asociación de fabricantes

La patronal de fabricantes nacionales de automóviles (ANFAC) señalaba en su último boletín, en el que se presentaban los datos finales de ventas del pasado ejercicio, que el tipo del 33% que prevé aplicar a los automóviles el proyecto del ley del IVA "representa una opción política claramente contraria al uso del automóvil y, por consiguiente, a la existencia de una industria de tamaño de la actual".Según ANFAC, la "altísima presión fiscal que actualmente soporta el automóvil debe reducirse sustancialmente hasta situarse en los niveles normales en la CEE". Según esta argumentación, la presión fiscal para este sector una vez introducido el IVA "en ningún caso debería superar el 22% para que la horquilla tipo normal-tipo específico sobre el automóvil no se abriera exageradamente". Los directivos del sector consideran que los planes conocidos del Gobierno en este sentido introducen un factor de desequilibrio importante y pueden propiciar aún más la caída de ventas que ha registrado el sector (un 5,3% en los turismos de fabricación nacional durante 1984).

Los estudios realizados por la patronal automovilística señalan que la relación o cociente entre el tipo de IVA que se aplica al automóvil y el normal es de uno a uno en la República Federal de Alemania, ligeramente superior en Italia (1,111) y en Bélgica (1,315), y algo más alta en el Reino Unido (1,638) y en Francia (1,790), mientas que en España, en caso de llevarse a la práctica el actual proyecto de IVA, el tipo impositivo aplicable al automóvil sería tres veces superior al normal (33% contra 11 %).

ANFAC critica la "injusta y trasnochada consideración de bien de lujo" que se otorga a los automóviles y subraya que, puesto que revisten una proporción insignificante las matriculaciones de vehículos de más de 2.000 centímetros cúbicos de cilindrada, "el 33% fijado para la adquisición de vehículos nuevos supone colocar a España, junto con Francia, en primerísimo lugar en cuanto a dureza de imposición dentro de los países comunitarios más similares al nuestro". Los fabricantes consideran este proyecto como "un auténtico y grave ataque a la industria y al mercado de automóviles de nuestro país".