La pobre historia de los esquiadores españoles
Salían de la Centuria de Montañeros del Frente de Juventudes; viajaban por el Imperio hacia Dios y con un solo par de esquís para participar en todas las disciplinas. Incluso se lesionaban, por el ardor excesivo que les inculcaban en los entrenamientos. Eran los tiempos de la posguerra española, y los esquiadores españoles viajaban con el objetivo de aprender.Ramón Blanco, actualmente presidente del comité técnico alpino de la Federación Española de Deportes de Invierno y afiliado a Fuerza Nueva, se lesionó durante el reconocimiento del descenso de los Juegos de Invierno de Saint-Moritz (Suiza) en 1948 por picarse con su compañero Fernando Millán. Por causas parecidas sufrieron fracturas ese mismo día el mismo Millán y el catalán Poll Puig.
Los esquiadores españoles comenzaron a participar en los Campeonatos del Mundo en 1958. En Badgastein (Austria), Rigart quedó el 462 en el eslalon, y Marián Navarro, la 311 en la misma disciplina. Uno de los miembros de aquel equipo, Luis Sánchez, con el tiempo llegó a ser director de la escuela de esquí de Charnita (EE UU); actualmente es el director de la estación de Cerler, en Huesca.
El primer puesto importante, por la calidad de los rivales, en unos campeonatos lo obtuvo Aurelio García, al clasificarse en el puesto 229 en el eslalon especial de Portillo (Chile). Cuatro años después, en Val Gardena (Italia), Francisco Fernández Ochoa quedó noveno en el eslalon, lo que le valió el noveno puesto de la combinada, por detrás de Aurelio García. El catalán Antonio Campañá quedó 20º en el descenso. Ahora es fotógrafo de Prensa especializado en deportes. Ese mismo año, Conchita Puig fue novena en la combinada femenina.
A los campeonatos de Saint-Moritz de 1974, Francisco Fernández Ochoa llegó como campeón en eslalon. Al haber obtenido dos años antes la medalla de oro olímpica en Sapporo (Japón) le correspondía ese honor. Luego en las pistas quedó en tercer lugar, aunque en un principio se le adjudicó el puesto al austriaco Hans Hinterseer, que fue descalificado al comprobarse que se había pasado una puerta.
Blanca Fernández Ochoa, hermana del único esquiador español con medallas, es la esperanza en el Mundial de Valtellina. A su importante historial deportivo hay que sumar la presente temporada, en la que, además de seguir dominando el eslalon gigante, ha mejorado mucho en eslalon especial e incluso participa en las pruebas de velocidad. En el supergigante de Pfronten (República Federal de Alemania) quedó en sexto lugar.
A principio de la temporada fue primera en el eslalon gigante de las Series Mundiales, que se disputó en la misma pista de este Mundial y con nieve artificial, lo que le va perfectamente a su forma de esquiar, suave, sin romper la pista, deslizando. La escasez de nieve en Bormio hace previsible la utilización de nieve artificial. Por eso su hermano Paco cree en la medalla de Blanca.
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