Espionajes de la URSS
La expulsión del agregado cultural de la Embajada de la URSS en Madrid, VIadimir Novikov, eleva a 13 los ciudadanos soviéticos expulsados de España desde el restablecimiento de relacíones diplomáticas con la URSS en febrero de 1977. La razón fundamental para adoptarestas medidas ha sido la acusación de realizar espionaje de la industria armamentística española. En varios casos, los expulsados no pertenecían a la representación diplomática, sino que trabajaban en empresas hispano-soviéticas.El primer expulsado, el 5 de mayo de 1977, fue Yuri Pivoravov, delegado comercial, a quien se acusó de espiar en materia de armamento e industria pesada. En junio de ese mismo año lo fue Gennadi Sveshriikov, funcionario de la sociedad mixta de pesca Intramar: fue detenido cuando transportaba Un paquete de material clasificado de interés para la defensa nacional. El 22 de abril de 1978 se procedió a la expulsión de Yuri Ysayev, delegado comercial y especialista en información política. Acusado de espionaje industrial, Yuri Popov abandonó España en mayo de 1978.
El director de Aeroflot
En febrero de 1980, el director de la compañía aérea soviética Aeroflot en Madrid, Oleg Suranov, tuvo que abandonar Espafía junto con Anatoli Krasilnikov, primer secretario de la Embajada en Madrid, quien fue acusado, sin confirmación oficial, de mantener contactos con dirigentes de la organización nacionalista canaria MPAIAC.En marzo de 1981 fueron expulsados VIadimir Yefremenkov, bajo la acusación de actividades incompatibles con su condición diplomática, y Yuri Butchkov, director de la empresa mixta Sovhispan: Vitali Schkov abandonó España en mayo de 1981 por realizar actividades para el servicio militar de inteligencia soviético.
El 28 de abril de 1982, F. V. .Nikolaievich, director de Aeroflot, y V. L. Tirtishnikov, ingeniero asignado a la delegación de la compañía aérea en Madrid, fueron expulsados por intentar obtener información acerca del suministro de material bélico de Estados Unidos hacia España. Un año después, un funcionario soviético, cuya identidad no fue dada a conocer, fue obligado a abandonar España. En su mayoría, los expulsados habían tenido relación con el KGB (servicios de Inteligencia soviético) o con el GRU, servicio de espionaje militar.
Aparte de estas expulsiones, el Gobierno español se ha negado en diversas ocasiones a renovar visados temporales a funcionarios soviéticos que estaban en España en comisión de servicios para evitar que la URSS aumentase fraudulentamente el número de sus funcionarios en España.
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