Dos años después, estadounidenses contra soviéticos

El ultramoderno Palacio de los Deportes de Bercy, en París, va a reunir el próximo viernes y sábado a los equipos de Estados Unidos y la Unión Soviética. Ambas potencias ya han anunciado los equipos con los que participarán. No habrá boicoteo. Este queda reservado para el ámbito olímpico. Las representaciones no son las mejores, pero sí lo suficientemente importantes como para deducir que no han despreciado estos Juegos Mundiales, pese a que las pruebas en pista cubierta se encuentran devaluadas desde que los mejores atletas decidieron renunciar a competir en ella para preparar mejor la temporada al aire libre.

Estados Unidos presentará en su equipo a siete atletas que fueron olímpicos en Los Ángeles. La figura más destacada es Sandra Cheeseborough, ganadora de tres medallas olímpicas: oro en 4x100 y 4x400 y plata en 400. También destaca la presencia de Sam Graddy, subcampeón olímpico de 100 metros, lo que le valió ser considerado como el segundo hombre más rápido del mundo, después de Carl Lewis. Éste ha renunciado a participar y sí correrá el próximo día 25 en Nueva York, en una reunión estelar en la que está contratado Abascal para salir en la milla. En la selección también figura como segundo velocista Mel Lattany, hombre que en el ranking mundial de los 100 metros figura por delante de Lewis (9.96 contra 9.97).

Las selecciones

Los 23 atletas seleccionados por Estados Unidos son los siguientes: Sam Graddy y Mel Lattany en 60 metros, Alberto Robinson en 200, Mark Rowe y Clarence Daniel en 400, Don Clary en 3.000, Milan Stewart y Cletus Clark en 60 vallas, Jim Heiring en 5 kilómetros marcha, Dave Kenworthy y Joe Dial en pértiga y Charles Simpkins en triple salto, dentro de las pruebas masculinas. En las femeninas participarán Sandra Cheeseborough y Angie Thacker en 60 metros, Mary Bolden en 200, Diane Dixon en 400, Pattiesue Plumer en 3.000, Steplianie Hightower y Pani Page en 60 vallas, Teresa Vaill en 3 kilómetros marcha, Katrena Johrison en altura, Angie Thacker en longitud y Carol Cady y Ramona Pagel en peso.El equipo soviético, por su parte, lo formarán 17 atletas; el más destacado es Sergei Bubka, plusmarquista mundial de salto con pértiga (5,94), que participará junto a su hermano Vassili. En la selección femenina también han incluido a una plusmarquista mundial, Natalia Lissovskaia, que tiene 22,53 metros en lanzamiento de peso. El resto de los seleccionados masculinos son Nicolai Iuchmanov y Alexander Euguenev en 60 metros, Viatcheslav Ustinov en 60 vallas, Yanis Boiars en peso, Valeri Sereda en altura y Oleg Protsenko. En el equipo femenino están Ludmilla Kondratieva en 60 metros, Vera Akimova en 60 vallas, Nadejda Olizarenko en 800 y 1.500, Natalia Artemova en 3.000, Olga Tourtchak y María Doronina en altura, Niole Medvedeva en longitud y Natalia Lissovskaia y Nounou Abachidze en peso.

Además de la Unión Soviética, los países de su área de influencia que también boicotearon los Juegos Olímpicos de Los Ángeles acudirán a los Juegos Mundiales de París. Entre éstos, a nivel de individualidades, destaca la inscripción de Marlies Gochr, de la República Democrática Alemana, en 60 metros. Será principalmente en las pruebas femeninas donde las medallas olímpicas del año pasado comenzarán a quedar devaluadas ante el enfrentamiento directo, por primera vez, entre quienes consiguieron subir al podio y las atletas cuyos Gobiernos las impidieron participar. Entre los países participantes también estará China, lo que confirma su plena integración en las competiciones internacionales de atletismo, después de haber estado presente en los Campeonatos Mundiales de Helsinki, en 1983, y en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.

La ausencia este año de grandes competiciones individuales va a ser la causa de que las pruebas en pista cubierta se revaloricen. Los Juegos Mundiales de la próxima semana constituirán la primera prueba de ello, ya que, pese a la inoportunidad de las fechas, van a contar con la participación de primeras figuras. El nivel se presume muy superior al pronosticado cuando nació esta competición, amparado por el deseo de la Federación Internacional de Atletismo de llenar las máximas semanas posibles del año con pruebas que reunieran grandes atractivos. La realización de los Juegos Mundiales en fechas tan tempranas, cuando aún no se han disputado los respectivos campeonatos nacionales y tampoco los europeos, ha sido debido a que el Palacio de los Deportes de Bercy, en el que se disputó el torneo preolímpico de baloncesto y que admite la celebración de 24 deportes diferentes, tiene ya muy recargada su programación. También influyó el beneplácito que a estas fechas dieron las cadenas de televisión estadounidenses, interesadas en retransmitir las pruebas en directo.

Será en próximas ediciones cuando estos juegos alcancen la categoría de campeonatos y adquieran un nivel máximo. Especialmente el año en que se celebren en Estados Unidos, donde la pista cubierta tiene la categoría de espectáculo porque los organizadores pagan un dinero fijo de participación a los mejores atletas para así garantizar su concurso. En esta ocasión la Federación Internacional de Atletismo sólo paga los gastos de desplazamiento y estancia en París a los equipos nacionales, siempre que sus componentes no rebasen el número fijado con arreglo a su categoría.