Dificultades para lograr una ejecutiva de síntesis en el congreso del PSOE gallego
El cuarto congreso del Partido Socialista de Galicia-PSOE comenzó ayer en Orense, en un clima de división entre los sectores de La Coruña, por un lado, y los nacionalistas y los llamados oficialistas, por otro. Ambas partes mantenían la pretensión de llevar adelante candidaturas separadas, pese a los deseos de la dirección nacional del Partido Socialista Obrero Español, expresados esta semana a los dirigentes gallegos, de que se llegue a una ejecutiva regional de síntesis.
Los diversos sectores en que se fragmenta el Partido dos Socialistas de Galicia negociaron ayer hasta última hora tanto la composición de la mesa del Congreso como posibles candidaturas de integración para la comisión ejecutiva que será votada el domingo. La fuerte vinculación de los 371 delegados a los diversos personalismos que dominan los sectores del partido en Galicia hace que las negociaciones, que probablemente continuarán todavía hoy, se lleven desde las cúpulas, con participación de un escaso número de personas.A primera hora de la tarde de ayer el sector nacionalista-galleguista, representado por Miguel Barros y Antonio Gato, parecía haber llegado a un pacto con los llamados oficialistas, cuyo más destacado representante es el alcalde de Vigo, Manuel Soto. En principio, el acuerdo incluía el mantenimiento del maestro orensano Antonio Rodríguez como secretario general. Pero, posteriormente, Barros planteó la exigencia de ocupar la secretaría general él mismo, lo que aumentó la incertidumbre cuando, con notable retraso sobre la hora prevista, consecuencia de la prolongación de las negociaciones de pasillo, dio ayer comienzo el congreso en un cine de esta capital.
Por otro lado, los coruñesistas, cuyo principal representante es el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, mantenían la pretensión de presentar una lista alternativa, encabezada por el actual vicesecretario general del PSG y alcalde de Betanzos, Antolín Sánchez Presedo, apoyado también por un sector de Lugo. Sánchez Presedo representa, de alguna manera, a la nueva militancia que afluye al PSOE: titulado superior -es abogado-, milita en el partido desde 1977.
En el otro sector, Miguel Barros, un profesor de Vigo, está considerado como uno de los pocos intelectuales con que cuentan los socialistas en Galicia, y Antonio Rodríguez, el actual secretario general y aspirante a la reelección, maestro nacional, es calificado como "hombre gris, pero de probada capacidad gestora".
Un indicio de por dónde podrían ir los tiros en este congreso lo constituye el hecho de que la votación para presidir el congreso fue ganada por la candidatura encabezada por Manuel Soto y Antonio Gato, lo que muestra que el pacto galleguistas-oficialistas podría alzarse el domingo con la victoria. Suponiendo, claro es, que se perfile un acuerdo entre ellos mismos en torno a un solo nombre (Antonio Rodríguez o Miguel Barros) para ocupar la secretaría general.
La peculiaridad del PSG
El PSG es, sin duda, la más peculiar de las organizaciones regionales con que cuenta el PSOE. Dividido en tres sectores, de adscripciones regionales y personales no siempre sencillas de delimitar, las divergencias entre ellos no responden habitualmente a criterios ideológicos de fondo, sí se exceptúa el componente más nacionalista que muestran galleguistas y oficialistas sobre los coruñesistas. Sin embargo, el clima que presidió la sesión inaugural del congreso, a la que no asistieron miembros de la directiva nacional del PSOE, estaba lejos de los afanes de concordia recomendados desde Madrid.
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