Escándalo en Estados Unidos por el uso de transfusiones de sangre en el equipo olímpico de ciclismo
Un control efectuado por el Comité Olímpico de los Estados Unidos entre atletas que se preparaban para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, cuyos resultados fueron hechos públicos ayer, demostró que 86 atletas dieron positivo en las pruebas antidoping efectuadas sobre un total de 2.254 atletas de aquel país. La publicación de estos resultados ha coincidido con ciertas manifestaciones de médicos sobre el empleo de transfusiones sanguíneas en el equipo olímpico estadounidense de ciclismo, hecho que ha levantado un gran escándalo y que afecta a cuatro medallas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.Dicho control se realizó entre los meses de noviembre de 1983 y julio de 1984 y detectó el uso de estimulantes en 33 atletas y de anabolizantes en otros 53. Don Miller, director ejecutivo del Comité Olímpico de los Estados Unidos, afirmó que la operación antidoping se intensificó como consecuencia de los casos descubiertos en algunos levantadores de peso norteamericanos en su actuación en los Juegos Panamericanos de 1983, celebrados en Caracas.
Sobre la cuestión de las transfusiones sanguíneas, Miller se limitó a decir que "éste Comité se opone diametralmente al uso de las transfusiones sanguíneas". La práctica de la transfusión sanguínea consisie en inyectarse sangre congelada momentos antes de iniciar la prueba: la sangre congelada contiene unas altas reservas de oxígeno y una mayor pureza y condiciona en menor medida al cuerpo en el esfuerzo por reponer dicho oxígeno. Miller reconoció que varios miembros del equipo olímpico de ciclismo utilizaron trasfusiones sanguíneas durante su preparacion.
Esta práctica fue utilizada hace décadas por atletas del Este y posteriormente introducida en el deporte de élite. El atleta finlandés Lasse Viren, fue el primero en ser descubierto como practicante de transfusiones. Ciclistas como Anquetil, Eddy Merckx o el legendario Fausto Coppi fueron acusados, en determinados momentos, de utilizar este sistema.
La práctica no está considerada oficialmente como doping por ser inciertos sus efectos secundarios sobre el cuerpo humano y no puede ser detectada con los habituales sistemas de control.
Las sospechas se inclinan hacia cuatro corredores que fueron medalla en los Juegos de Los Ángeles. Tal es el caso de Steve Hegg y Leonard Hitz (oro y bronce en persecución individual), Pat McDonough (miembro del equipo de persecución que logró la medalla de plata), y Rebeca Twigg, segunda clasificada en la prueba femenina de carretera.
Los cinco corredores han rehusado hacer cualquier tipo de comentario sobre las acusaciones. Dichos nombres aparecieron también como presuntos implicados en un número de la revista Rolling Stone. Por último, un fisioterapeuta del equipo olímpico revela también este tipo de practicas en un diario local de Allentown (Pensilvania), causa por la que dimitió en el trascurso de los Juegos.
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