Chenuda III celebra la Navidad copta ante 11.000 fieles y un emisario de Mubarak
El papa copto, Chenuda III, liberado la pasada semana después de 40 meses de destierro en el desierto, ofició el domingo la misa de Navidad en la catedral de San Marcos, en El Cairo, junto a 11.000 fieles. Asistió al acto, como representante dell presidente egipcio, Hosni Mubarak, el presidente del Parlamento, Rifat Mangub. También estuvieron presentes el ministro de Estado para Asuntos Exteriores, Butros Gali, y los dirigentes de los cuatro partidos de oposición.
La ceremonia, que permitió la primera aparición pública de Chenuda desde su liberación, se celebró entre estrechas medidas de seguridad. La policía efectuó controles de indentidad entre los asistentes a la misa y desplegó fuerzas antidisturbios en los alrededores del templo.El Papa, de 62 años, vestía una túnica roja con bordados en oro y llevaba colgada una gran cruz de oro. Ofició la misa, que fue transmitida en directo por la radio, en árabe y en lengua copta. "La religión es un viaje hacia el corazón de Dios a través del corazón del pueblo", dijo Chenuda en su sermón.
El Papa copto manifestó que la presencia en la ceremonia como invitados de varios ciudadanos musulmanes era "una expresión de la unidad de Egipto".
Chenuda III fue privado de sus poderes y desterrado a un monasterio del desierto en septiembre de 1981 por el entonces presidente Anuar el Sadat, quien le acusó de fomentar el sectarismo entre las distintas comunidades del país y demezclarse en los asuntos políticos.
El destierro del Papa copto, cuya iglesia, se considera compuesta por 22 millones de fieles en todo el mundo, se produjo en un momento en que el asesinado presidente Sadat desató una fuerte oleada de represión, deteniendo a 1.600 opositores políticos y religiosos.
El presidente Hosni Mubarak liberó a Chanuda el pasado 1 de enero, en un gesto de reconciliación con los seis millones de coptos que hay en Egipto.
Adel Rafael, organizador de la misa de ayer y sobrino del Papa, aseguró que 48.000 personas habían solicitado acudir a la ceremonia de la catedral cairota de San Marcos, pero no pudieron ser invitados porque el templo sólo tiene capacidad para 11.000.
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