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Los índices de los mercados bursátiles cedieron terreno ante la falta de órdenes compradoras

El desinterés y la apatía han caracterizado nuevamente a los mercados bursátiles estadounidenses durante la semana pasada. El índice Dow Jones volvió a perder la cota 1.200, debido fundamentalmente a la ausencia de actividad institucional. El reducido volumen de contratación ha originado el retraimiento de los gestores profesionales y, consecuentemente, los índices han cedido terreno poco a poco ante la escasez de órdenes compradoras.Las noticias económicas son buenas, sin embargo, como lo demuestran los últimos datos publicados por la Administración. Los leading economic indicators (indicadores básicos) aumentaron un 1,3% en noviembre, y los pedidos industriales, un 4,3%, durante el mismo mes. Ambos datos demuestran que la economía norteamericana parece no querer entrar en una fase recesiva, tal y como algunos economistas temían cuando se anunció, hace unas cuantas semanas, que el producto nacional brutro había crecido mucho menos de lo esperado durante los dos últimos trimestres de¡ año pasado.

The Wall Street Journal publicaba esta semana los resultados de una encuesta que viene realizando periódicamente entre 24 prestigiosos economistas. Los resultados publicados por el rotativo hacen patente el optimismo de los consultados en torno a un crecimiento económico razonable para 1985. También los economistas de Shearson Lehman/American Express opinan que la economía de Estados Unidos crecerá durante este año a un ritmo aceptable y que la inflación se mantendrá bajo control, posiblemente cercana a un 4% anual.

En este contexto, marcado por un crecimiento económico sano y una inflación controlada, los analistas no se explican la causa que impide que los mercados bursátiles actúen menos que discretamente. La mayoría de los expertos opina que 1985 va a ser positivo para la bolsa, aunque no descartan la posibilidad de que la buena marcha de la economía y el déficit presupuestario provoquen nuevas tensiones en los mercados del dinero, con la consecuente alza de tipos de interés y sus efectos perniciosos sobre Wall Street.

La Reserva Federal parece decidida por ahora a mantener la política flexible que ha venido aplicando durante las últimas semanas. Los analistas no esperan que Paul Voicker se decida a abortar las expectativas de la economía nortemericana mediante la aplicación de una política restrictiva. Por otro lado, el crecimiento de la masa monetaria sigue bajo control y dentro de los objetivos fijados por las autoridades. El Tesoro no encuentra demasiadas dificultades para colocar su papel, y esta semana se subastaron 10.000 millones de bonos a siete años, con una rentabilidad media del 11,67%, semejante a lo esperado.

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