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NIÑOS EN EL 'RING'

La Federación de Boxeo, satisfecha con la publicidad ocasionada por el pretendido combate entre infantiles

Antonio Guerrero

ANTONIO GUERRERO Los responsables de la Federación Española de Boxeo están satisfechos con la publicidad que ha ocasionado el pretendido combate entre púgiles infantiles en Burgos porque, "aunque sea negativa, nadie se acordaba de nosotros". Los promotores de la velada, que se celebró anoche sin la presencia de los niños sobre el ring por la prohibición expresa del gobernador civil, que consultó previamente con la federación, no acogieron bien que no pudiera disputarse esta pelea, ya que consideran que estos enfrentamientos son habituales y que la distinción entre organizadores privados y federativos no es realmente válida. El Consejo Superior de Deportes (CSD) alega, mientras tanto, que su organismo no tiene facultades para suspenderlos, sino que el que las tiene es el Ministerio del Interior.

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Estas peleas son habituales, según los promotores de la velada de Burgos

Los principales responsables de la Federación Española de Boxeo, Pastor López, presidente, y Rubén Martín, secretario general, opinan que la consulta que les hicieron desde el Gobierno Civil de Burgos "es lógica y buena. Nuestra normativa es distinta en las exhibiciones juveniles, ya que no hay resultado. Por eso no podemos dejar estás exhibiciones en manos de un promotor". Según Rubén Martín, "lo de Burgos nos está dando publicidad, aunque sea negativa, ya que nadie se acordaba de noso tros. Ahora bien, si se demuestra que es lesivo para la salud, que el Gobierno prohiba el boxeo""La situación de Burgos hay que calificarla de anormal. Es como si en un cartel de toros apareciesen tres primeros espadas y un alumno de una escuela de tauromaquia", afirman los federativos, que, cuan do estalló el escándalo en la tarde del jueves, se encontraban en el Consejo Superior de Deporte reunidos con Matías Rubio, subdirector de Deporte de Competición, y no con el secretario de Estado Romá Cuyás.

Un deporte para listos

"Tenemos que trabajar con niños porque ya pensamos en los Juegos Olímpicos de 1992. Pero hay poca demanda -sólo hay 158 licencias- y queremos presentar una oferta distinta", según Rubén Martín. "Pero, por encima de todo, en esta federación queremos la protección de los boxeadores. Por eso hemos hecho obligatorio, este año, el casco para los aficionados". "Como en la esgrima, queremos defender al deportista", sigue Martín, "para que no se haga daño. Incluso debe desaparecer el k. o. Cuando veo un golpe directo de los que lo provocan, me pongo enfermo".

Pastor López, presidente de la federación, piensa que el boxeo no es el deporte más peligroso. "Todos tienen riesgo, pero el boxeador está especialmente preparado para recibir golpes. No lucha contra la naturaleza como el montañero ni contra una máquina como el motociclista. Cuando se siente en inferioridad, él mismo, su entrenador o el árbitro pueden detener el combate". Según él, en el anuario de la Mutualidad General Deportiva hay más accidentes en ajedrez que en boxeo "y es que cada licencia nos cuesta 5.000 pesetas porque hacemos un encefalograma".

La mala imagen de este deporte la achaca a las películas y al boxeo profesional de antaño, "especialmente en Estados Unidos, donde estaba controlado por mafias. Pero todo ha cambiado. No somos tan malos. Hacemos una tarea social porque nuestros chicos salen de los suburbios y, haciendo deporte, se alejan de otras vertientes malas".

El presidente pone el ejemplo del presidiario Toyi y, después, cuenta cómo, durante los campeonatos de España, el director del hotel se quedó muy contento porque ninguno se llevó las toallas. "En las universidades norteamericanas es un deporte obligatorio". Pero admite que no existe ningún universitario español que tenga licencia.

"Éste es un deporte de listos y no para tontos", concluye Pástor López.

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