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El congreso del partido en el gobierno

Convergencia de guerristas y miembros de UGT en la política socioeconómica

El autocontrol de numerosos delegados evita nuevos 'dramas' en el seno del PSOE

El autocontrol ejercido por numerosos delegados ha evitado nuevos dramas partidarios en el 30º Congreso del PSOE, según una impresión muy extendida entre los asistentes al mismo. Hay mucho poder entre los representantes, con más de un tercio de personas situada en la Administración autonómica y municipal, y esta circunstancia incrementa la prudencia general, no sólo por temor a perder posiciones de poder en el futuro, sino también porque la experiencia de gestión vuelve mucho más comprensivos a los delegados a la hora de juzgar a Felipe González.La cuestión de la OTAN ha servido de bandera a diversos malestares internos, que no se atreven a expresarse a través de otras vías, y que, además, han podido debatir se con entera libertad en el seno del Congreso. Cabe indicar que la mayoría de los partidos socialdemócratas de Europa occidental mantuvieron contactos previos al 30º Congreso del PSOE, en los que acordaron enviar representaciones de segundo nivel para no presionar a su partido fraternal en España, a la hora de decidir la permanencia o no de nuestro país en la Alianza Atlántica.

Debate amplio

El pronunciamiento sobre la OTAN no ha sido, sin embargo, la razón única de estas ausencias de dirigentes internacionales de primera fila. Otro motivo, al parecer más secundario, ha podido derivarse de las repercusiones españolas del llamado escándalo Flick. El presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Willy Brandt, ha pedido a Felipe González que acepte sus disculpas por el hecho de que una declaración poco cuidadosa de un miembro del SPI), Peter Struck, haya podido provocar una tempestad política contra Felipe González en España. Esta comunicación resuelve, por ahora, las más amplias explicaciones y problemas a que podría haber dado lugar la presencia de Brandt en Madrid durante estos días, cuya salud ha quedado resentida, por otra parte, tras un reciente viaje por América Latina.

Situado, pues, el problema de la OTAN en el marco estricto de un congreso interno de los socialistas españoles, el aparato del partido ha realizado la operación de permitir el debate en unos niveles muy amplios, hasta el punto de que la relación de fuerzas en la comisión de política exterior se aproximó al empate entre oficialistas y contestatarios. En segundo lugar las condiciones de este debate han puesto de manifiesto que Felipe González cuenta, no sólo con la oposición de Izquierda Socialista sino con la de Nicolás Redondo y con lo que éste representa como dirigente obrero.

Izquierda Socialista apenas ha podido hacer valer sus opiniones contrarias en esta materia, mientras que la corriente oficial ha encontrado su oposición más seria entre quienes mantienen la necesidad de realizar un referéndum y de que el PSOE haga campaña contra la permanencia de España en la OTAN. Ésta es la tesis defendida por el parlamentario Miguel Ángel Martínez, quien ha encontrado su principal valedor para ello en el secretario general de Unión General de Trabajadores (UGT), Nicolás Redondo.

Dirigentes del sindicato socialista afirmaban ayer que esa postura es coherente con lo aprobado en el último congreso de la UGT, "que además fue reafirmado hace dos meses por un Comité Confederal", agregaron. Pero la característica más clara de este congreso ha sido el deseo de varios sectores del partido socialista de criticar y debatir, con mayor profundidad, una amplia serie de aspectos que afectan a la relación entre el partido y el Gobierno, a las resoluciones defendidas públicamente por los socialistas y a la imagen de éstos ante la sociedad.

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Lo que ocurre es que nadie se atreve a provocar nuevos dramas partidarios, al estilo del 282 Congreso, cuando el problema del marxismo, contra el que Felipe González se había pronunciado rotundamente, provocó una situación dramática.

En este Congreso, Felipe González ha defendido claramente la necesidad de permanecer en la Alianza Atlántica; y ante esta rotunda posición, unos aceptan la explicación de que "sus razones tendrá" y' otros, como Izquierda Socialista o los ugetistas que se identifican con Redondo, siguen planteando su oposición con grandes dosis de autocontrol. "No existe alternativa a Felipe González, ni en el PSOE ni en el país", ha repetido Redondo una y otra vez a quienes deseaban saber hasta donde estaba dispuesto a llegar en este Congreso.

Mientras tanto, se ha producido una convergencia importante de posiciones en materia socioeconómica, entre un sector del partido socialista y la central sindical Unión General de Trabajadores. Francisco Fernández Marugán, parlamentario y asesor de la presidencia del Gobierno, y José María Zuflaur, dirigente de UGT, han reestructurado las posiciones del partido en, este asunto. La postura del partido en este aspecto, tal como ha sido estudiada por el 30º Congreso, implica una crítica a la política económica del Gobierno, según interpretación muy extendida entre los delegados.

Sin embargo, quienes han trabajado en esas propuestas se limitan a indicar que se trata de "un diseño para los tres próximos años", y hacen hincapié en que la política económica seguida por el Gabinete no estaba a debate. Ni el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, ni los altos cargos de su departamento han participado como delegados en este congreso.

La resolución estudiada por el PSOE refuerza el papel de la empresa pública como generadora de puestos trabajo y establece la necesidad de "equipos coherentes" de gestión al frente de las empresas públicas.

El papel de Izquierda Socialista

La corriente Izquierda Socialista, por su parte, ha mostrado lo lejos que se encuentra de convertirse en alternativa. Sus posturas en materia socioeconómica ni siquiera pudieron llegar al plenario de delegados, debido a la firme oposición de la mayoría, y pese a que se quedaron sólo un voto por debajo del nivel necesario para ello.

En lo que se refiere a la política exterior, las posiciones de la corriente de izquierda han adquirido mayores niveles de aceptación, y de ahí que pasaran directamente al plenario; pero, de hecho, sólo el apoyo táctico de sus delegados a la postura de Miguel Ángel Martínez y de Nicolás Redondo ha podido lograr que la cuestión de la OTAN haya llegado a inquietar a la dirección del partido.

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