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REGATA RUTA DEL DESCUBRIMIENTO

'Crédit Agricole' desplaza de la cabeza a 'Charente Maritime'

29º LATITUD N., 18º LONGITUD O. (A BORDO DEL SPRITE AMERICA), -

ENVIADO ESPECIALTodos los barcos participantes en la regata Ruta del Descubrimiento tienen ya sus proas mirando a América. El rumbo es al Oeste. El camino hacia lo desconocido que emprendiera Cristóbal Colón hace cinco siglos ha comenzado. Dos palomas que intentaron descansar sobre la cubierta del Sprite America, 40 millas al Norte de la isla de Tenerife, fueron la despedida de algo que representa lo que durante dos semanas será un sueño y una obsesión: la tierra firme. Por delante quedan 3.000 millas (5.400 kilómetros). Charente Marítime ha cedido el liderazgo a Crédit Agrícole y el catamarán español La Santa María marcha en una excelente duodécima posición.

Colón y sus naves zarparon de La Gomera el 6 de septiembre de 1492 para intentar lo que nunca nadie había intentado. Estrabón había desarrollado, siglos antes, una idea aristotélica que definió como terra occidentalis, un nuevo continente, al Oeste: "Puede ser que en esta misma zona templada existan realmente dos mundos habitados y, aún más, especialmente a lo largo de la latitud de Atenas si el paralelo se prolonga por el Atlántico".Séneca, por su parte, había escrito: "Llegará día, en un futuro lejano, en que el oceáno ensanche su terco y la Tierra se nos muestre en toda su grandeza y otro Tiphys nos descubra nuevos mundos y no sea ya Thule (Islandia) la región más apartada". En el año 1300 Raimundo Lulio dijo: "Lo mismo que en nuestra parte hay una porción del mundo que vemos y conocemos, también debe haber en la otra, en la occidental, un continente que no vemos ni conocernos".

La historia concedió a Colón el papel de ser el descubridor. Y el recuerdo de su gesta, a través del deporte, a los hombres que ahora participan en la regata con el privilegio de poder contemplar, sin modificación alguna con el paso del tiempo, los mismos horizontes y surcar las mismas aguas que el almirante de la mar océana. Este idéntico paisaje permite evocar los mismos recuerdos porque la grandeza del Atlántico es la única protagonista de cuantos viajes con la sola ayuda del viento se realicen.

Las encalmadas o los vientos no pueden seguir en las mismas zonas por donde un día pasó Colón y hoy lo hacen navegantes con igual espíritu aventurero. Pero ello no resta paralelismo entre ambas expediciones. Tres días tardaron las naves del descubrimiento en abandonar aguas canarias por la calma habida y los que ahora pretenden emularlas han tenido que luchar con una mar encontrada, producida por unas olas sin dirección determinada a causa de vientos de dirección variable. Esto provocó que las condiciones de navegación hayan seguido siendo difíciles para los barcos que rebasaron en los últimos días la baliza de Las Palmas. Por esta razón no pudo establecerse comunicación el martes con el barco en que viaja el enviado especial de EL PAÍS.

Ahora, en latitudes ya más al Sur, el descanso, ese anhelo para las tripulaciones que llegaron agotadas a Canarias, parece estar próximo. El tiempo ha mejorado, tanto el estado de la mar como la temperatura, porque los barcos van en busca del verano. Ya sólo falta encontrar los vientos alisios para, como hicieron con Colón, verter los barcos hasta América.

La vida en un velero de regatas exige constante atención. El barco, cuando el viento sopla fuerte, es una fiera contra otra fiera, la mar. El timón no se puede abandonar en las 24 horas del día. Las maniobras de las velas obligan a una conjunción equilibrada en los movimientos de la tripulación.

Las guardias son de cuatro horas, pero en los últimos días han durado de sol a sol y de luna a luna. Las piernas quedaron agarrotadas por la constante escora con que navegaron los barcos; el cuerpo, húmedo, porque los trajes de agua no han tenido tiempo de secarse. La alimentación fue la que se pudo y cuando se pudo.

Clasificación general: 1º, Crédit Agricole, que lleva 5.106 kilómetros navegados. 2º, Fleury Michon VII, 5.394. , Charente Maritime II, 5.211.

Clasificación de los españoles: 12º, La Santa María, 2.545 kilómetros. 13º, Fortuna Lights (primero en monocascos), 2.593. 17º, Licor 43, 2.152. 20º, Fontvella, 2.104. 22º, El Almendro, 1.575. 23º, Galicia, 1.578.

Algunos barcos llevan más kilometraje que los que les preceden en la clasificación debido a sus desviaciones respecto al rumbo ideal.

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