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Juicio en Teherán contra dirigentes comunistas que se confiesan autores de graves delitos

Partidos políticos, centrales sindicales y organizaciones profesionales y humanitarias de numerosos países, entre ellos España, han pedido al Gobierno de Teherán que autorice a delegaciones de abogados, médicos y periodistas extranjeros su asistencia en la prisión teheraní de Evín a los juicios contra opositores al régimen de Jomeini. Ahora, 26 dirigentes comunistas, sin defensores, que se confiesan autores de graves delitos, pueden ser condenados a muerte.

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Radio Teherán anunció el pasado 9 de noviembre el comienzo de un juicio contra los miembros del Comité Ejecutivo y del Comité Central del Partido Popular de Irán (Tudeh, comunista). Los acusados comparecen ante un tribunal islámico en la prisión de Evín, de Teherán. Sobre ellos pesan acusaciones de espionaje a favor de la Unión Soviética y actividades contra el régimen islámico, que muchos de ellos reconocieron haber cometido en confesiones ante la televisión.El Tudeh nunca desarrolló actividades armadas ni de abierta oposición, ni adhesión plena tampoco, respecto al régimen de Jomeini, pero fue puesto fuera de la ley en la primavera de 1983 y sus líderes y centenares de sus militantes, detenidos.

El propio Nuredin Kianuri, de 72 años, entonces secretario general del Tudeh, inauguró el 30 de abril de 1983 aquellas sesiones ante las cámaras de televisión. Admitió los cargos de espionaje, alta traición y numerosos errores, y proclamó que el marxismo es una falacia y que la única verdad es el Islam. Es la primera vez en la historia de los partidos comunistas del mundo en la que un secretario general admite en público confesiones tan graves.

Fuentes comunistas iraníes en Europa occidental aseguran que, de acuerdo con el análisis de los síntomas que los detenidos presentaban en los vídeos tomados durante sus comparecencias televisadas, todos los que realizaron confesiones fueron torturados y drogados con fármacos neurolépticos, que debilitan sobremanera el sistema nervioso y la voluntad. Médicos progresistas franceses y suizos lo corroboran.

Operación de espionaje

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Las fuentes citadas señalan que las grabaciones de las confesiones revelan un cuidadoso montaje cinematográfico, por la diversidad de sus planos, con lo cual, de una larga conversación con declaraciones normales, cabría extraer manifestaciones autoinculpatorias muy graves.Las mismas fuentes consultadas señalaron a este diario que, semanas antes de las primeras detenciones de dirigentes del Partido Tudeh, a primeros de año de 1983, especialistas en obtención de información a detenidos, seleccionados por el espionaje norteamericano, viajaron secretamente a Teherán a bordo de un avión comercial. Este vuelo fue revelado por fuentes progresistas norteamericanas a los comunistas iraníes. Poco después, se produjeron las detenciones de los comunistas de Irán y el fusilamiento, tras juicio sumarísimo, de 10 miembros de la dirección de su organización en el seno del ejército, entre ellos Bahram Afzali, a la sazón comandante en jefe de la Marina, que negó vigorosamente los cargos de espionaje que le imputaron.

Por todo ello, estas fuentes creen que se asiste a un proceso meticulosamente preparado por servicios secretos occidentales, encaminado a barrer primero la presencia del partido comunista del panorama político iraní. El objetivo final puede ser el de dañar irreversiblemente las relaciones entre Irán y la URSS, que tienen mas de 2.000 kilómetros de frontera común. Sin embargo, fuentes oficiales iraníes niegan que los detenidos fueran drogados y aseguran que confesaron voluntariamente sus crímenes. El arrepentimiento lo atribuyen a su conversión al Islam en prisión.

Pese a las peticiones de entidades de médicos, abogados y periodistas extranjeros para visitar en la cárcel a los detenidos de los grupos opositores Muyaidin Jalq, Fedayin (Mayoría) y comunistas han sido denegadas hasta ahora por el régimen de Teherán, al que los muyaidin imputan la ejecución de más de 10.300 de sus simpatizantes y militantes. Empero, para la cobertura informativa de otros temas, Teherán no ha puesto trabas a la Prensa occidental.

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