Quini no marcó en su reencuentro con el Valencia
Quini tuvo la oportunidad de la noche en un centro de Tocornal a los 60 minutos. El delantero centro estaba allí, en su sitio, y el público se levantó para cantar el gol. Pero surgió inexplicablemente Sempere y salvó el gol seguro. Después, los espectadores quisieron echarle una mano al Pichichi y gritaron inútilmente "ahora, ahora". Pero no fue posible.El reencuentro de Quini con el Spórting fue emotivo por las cariñosas ovaciones que recibió y positivo técnicamente: entró poco en juego pero remató en todas las ocasiones en las que tuvo oportunidad, en algunas con la marca de la casa. La más destacada, mediada la primera parte, en acrobática postura en disparo hacia atrás, tan inesperado como tradicional, tal como se les supone a un delantero centro auténtico, de los de siempre.
A la afición, pues, le faltó la guinda, el gozo, de un gol para celebrar más festivamente el regresó de el brujo. Quini jugó siempre en punta, buscó el remate y sólo le faltó un poco de velocidad. Por lo demás estuvo como siempre. Tendillo le marcó de cerca y tuvo que soportar la humillación de que le hiciera un túnel en un contraataque, pero a sus 35 años, Quini demostró que aún puede seguir jugando en Primera División. El caso es que el Spórting dio otra sensación en la zona de remate. Ahora se sospecha que el gol puede llegar en cualquier momento, aunque, como anoche, fuera Eloy el que hiciera de Quini, porque no perdonó el error de Serrat.
Por lo demás, el partido se jugó a buen ritmo, con alternancias en el dominio y tanto Sporting como Valencia dieron la impresión de estar bien dotados para esta guerra. La batalla de ayer fue reñida, competida y, hasta en algunas ocasiones, pocas, disputada por los cánones clásicos del fútbol.
El Spórting, bien es verdad, notó más la ausencia de Maceda, que está en plenitud, que la presencia de Quini. La defensa gijonesa estuvo en muchas ocasiones más insegura de lo previsto porque faltaba el actual líder del equipo.
El empate fue el resultado más exacto, porque si el Sporting pudo marcar más goles, también lo pudo hacer el Valencia, que disfrutó de las ocasiones más claras.
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