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El olor a leña quemada refuerza el ambiente de hogar

La bolsa reaccionó suavemente ante todos los estímulos objetivos que recorren el mercado, aunque sin la suficiente confianza como para poder hablar de otra cosa excepto que, al Final, el índice general ya ha descendido hasta 69 centésimas por encima de la cota del 137%.La atmósfera que se respiraba ayer en la plaza de la Lealtad ofrecía otro tufillo que en jornadas anteriores, con un cierre mucho más animado y cierto dinero que buscaba donde posicionarse. Los expertos afirman que las eléctricas ya han tocado fondo y que a partir de ahora sólo cabe espetar pacientemente, aunque no por mucho tiempo, la esperada reacción.

Pero no todos los signos se encuentran tan decantados. El corro bancario prosigue ofreciendo un perfil absolutamente irrelevante, con saldos vendedores que no son de consideración, aunque sirven para comprobar que estas entidades no están por, la labor de empujar el mercado. Así, en la sesión de ayer el saldo vendedor de los siete grandes se situó en 157.121 títulos, resaltando las 69.181 acciones de Banesto y las 37.860 de Popular.

Por cierto, que el mal comportamiento bancario no dejó de influir negativamente en el cierre, que a principios de la sesión se preveía mucho más animado de lo que terminó. Las lenguas viperinas comentaban que la banca debe de estar echando un pulso a las autoridades monetarias, porque siempre que éstas hablan de la favorable marcha de la bolsa, al día siguiente el mercado recibe un castigo. Menos alarmistas, otros operadores señalan la repercusión de las palabras del secretario general del Popular, Manuel Martín, respecto a las previsiones de beneficios de la banca para el próximo ejercicio, y que se supone que se situarán en torno a los mismos niveles que en el actual, o incluso algo por debajo.

Quizá la novedad más significativa es el cambio en el ánimo de algunos operadores, que comienzan a prestar menos atención a las negociaciones entre las compañías eléctricas para resolver el tema de las compensaciones y las ventas de activos. Según este nuevo punto de vista, con las emisiones de deuda pública al prorrateo y otros empréstitos absolutamente cubiertos, los ahorradores españoles deberán acudir a la renta variable para poder acogerse a la desgravación fiscal. Y a este respecto, los analistas subrayan la elevada rentabilidad de los valores eléctricos (en torno al 15%), sobre todo si se tienen en cuenta los descensos de los tipos de interés registrados en las últimas subastas de pagarés del Tesoro.

Los partidarios de esta expectativa basan su optimismo en la próxima renovación de 800.000 millones de pesetas en pagarés a mediados del mes de diciembre, por lo que apuestan claramente por un fuerte tirón a partir de esas fechas, y que podría llegar hasta mediados de enero.

La mayoría de los expertos apuesta por la continuación de un mercado irregular, con leves subidas y descensos, en espera de las inminentes noticias eléctricas o, en el peor de los casos, de la proximidad de final de año, con lo que ello supone de cara a los contribuyentes, que buscarán a última hora -como parece ser inevitable entre los españoles- realizar las pertinentes inversiones para ,aplacar al fisco.

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