Los países deudores exigen un diálogo político con los acreedores

La reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) fue inaugurada formalmente ayer, a las 11 de la mañana, en Brasilia, pero sólo formalmente. En la práctica, la reunión empezó con un almuerzo celebrado el domingo y que reunió en la misma mesa a los cancilleres de los 11 países que forman el Grupo de Cartagena con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz. Esos 11 países -Brasil, Argentina, México, Uruguay, Colombia, Perú, Venezuela, República Dominicana, Chile, Bolivia y Ecuador- tienen, en conjunto, una deuda exterior de 360.000 millones de dólares (unos 60 billones de pesetas). Los jefes de la diplomacia de estos 11 paísesexigen que se establezca un diálogo político entre deudores y acreedores.La postura de estos 11 países es firme, pero la posición de George Shultz, es decir, de Estados Unidos, también es irreductible: los países deudores deben buscar el camino del crecimiento económico para resolver sus problemas y pagar lo que deben. La deuda, dice Washington a través de Shultz, no se reduce a un problema de financiacíón.

La cuestión de la deuda latinoamericana quedará al margen de la primera reunión que la OEA mantiene en Brasil. Irónicamente, no es función de la OEA discutir el endeudamiento externo de sus integrantes, y eso ha sido recordado de manera bastante clara por varios cancilleres presentes en Brasilia, quienes afirman que el ámbito ideal para ese debate es el Grupo de Cartagena, que toma su nombre de la ciudad colombiana en la que esos 11 países se reunieron por primera vez el pasado mes de junio.

El canciller mexicano 'Bernardo Sepúlveda, representante de uno de los grandes deudores -México debe 90.000 millones de dólares-, señaló ayer las condiciones obtenidas en la reciente renegociación de su deuda, como prueba de que algunos países acreedores están "tomando conciencia de la gravedad del problema". Sepúlveda afirmó que, al renegociar su deuda, México obtuvo hace dos meses la refinanciación de los pagos que vencen en los próximos cinco años, con 14 años de plazo y una tasa de riesgo del 1,25%. Esas serán, básicamente, las condiciones que Brasil, que debe 100.000 millones de dólares, irá a plantear en la renegociación de su deuda a partir del próximo año.

La paradoja de que esta asamblea de la OEA no aborde los dos principales temas -la deuda y la crisis centroamericana- que preocupan a los- Estados americanos tiene una explicación, y es que la organización intenta recuperarse de un largo desgaste. Por ello hay dos agendas: la formal y la real. Ésta se desarrolla en reuniones privadas, en las que se discute lo que debe ser discutido.