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La 'guerra' de las ferias

Rosa Cullell

Más de 17 sectores industriales repiten, en la actualidad, ferias casi idénticas en diversas ciudades españolas. La aparición de la Institución Ferial Madrileña (Ifema) a principios de 1980 fomentó aún más lo que es ya una fría competencia entre ciudades. Unas ciudades que se disputan salones, repiten certámenes y luchan por mantener en sus ferias a los sectores industriales. Es la guerra de las ferias.Certámenes que estaban consolidados en una ciudad han sido copiados y repetidos en otras. Barcelona, Valencia y Madrid se encuentran, por su importancia, en el centro de esta competencia expositora, mientras que otras ciudades eminentemente feriales, como Bilbao, Sevilla, Zaragoza o Elda, contemplan la lucha entre los grandes e intentan sobrevivir.

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Valencia organizó por primera vez su salón de la cerámica y el regalo (Cevider) en 1965. Era un salón fuerte que aglutinaba a la mayor parte de expositores españoles. En 1982, sin embargo, Ifema abrió las puertas a Regalo-fama y Barcelona empezó también a incluir artículos de regalo en Expohogar. El mercado, pues, se repartió entre tres ciudades. La feria de Elda (Alicante) tuvo durante muchos años el único certamen español del calzado, pero Ifema abrió su Semana del Calzado y acabó con el monopolio. Iberpiel, la feria de la piel, se organizaba tradicionalmente en Madrid, pero en 1982 Barcelona comenzó a organizar su certamen paralelo, Pielespaña. Las repeticiones son muchas y se producen en casi todos los sectores.

José María de la Rivera, director de la Feria de Valencia, cree que " esta duplicidad ferial es negativa y contraproducente porque confunde al expositor y distorsiona el mercado" y afirma, además, que "oscurece la imagen que damos en el exterior". Valencia se ha visto particularmente afectada por las repeticiones. El director de la institución valenciana cree que Ifema "ha llenado positivamente unos vacíos sectoriales, organizando ferias originales, pero no entendemos que quieran coger modelos que ya han sido explotados".

Desde su aparicion, Ifema se ha caracterizado por la imaginación en la organización de nuevos salones. El estar localizados en la capital española ha ayudado también a que en sólo cuatro años haya pasado de cuatro certámenes feriales a 36. Sus representantes creen que "el que se repitan ferias indica que el sector lo quiere, porque en Madrid no se hace nada si los industriales no lo piden". Aseguran también que "la mayor competencia entre ferias hace que los certámenes tengan más calidad y que las instituciones se esfuercen en abrir nuevos rnercados". Sin embargo, Josep Miquel Abad, director de la Feria de Barcelona, afirma que "teniendo en cuenta que las ferias españolas dependen en un alto porcentaje de instituciones públicas, me parece una inútil dispersión de recursos el que se potencien diferentes ferias dirigidas al mismo sector".

Vacío legislativo

Un real decreto traspasó en septiembre de 1983 a las comunidades autónomas todas las competencias sobre las ferias interiores y concedió a la Administración central el control sobre los certámenes internacionales. Este decreto ha sido muy criticado. Según Abad, "deja un vacío legislativo, complica aún más el panorama, y ni siquiera menciona qué criterios se han de utilizar para conseguir la internacionalidad".

La falta de coordinación entre comunidades autónomas y Administración central ha contribuido también a empeorar el oscuro mapa ferial. "La actual organización de ferias trasciende ya de las comunidades autónomas, por lo que es necesario un encuentro entre todas las administraciones para ordenar el mapa ferial, ajustar calendarios y controlar certámenes", afirman los directores de las ferias de Valencia y Barcelona. En este punto coincide también el comisario general de ferias, Julio Martín Cádiz, quien considera "absolutamente necesaria la creación de un comité consultivo".

Martín Cádiz admite que el decreto "deja cabos sueltos, pero con ello sólo se pretendía no aplicar una política intervencionista". La reglamentación del decreto ya ha sido realizada, pero se encuentra en un punto muerto, puesto que el Tribunal Constitucional aún no ha dictaminado sobre los recursos presentados por tres comunidades autónomas.

Fiebre internacional

En estos momentos, existen en España 50 ferias internacionales. Además de duplicar ferias, todas las ciudades españolas luchan ahora por conseguir la denominación de internacionalidad para sus certámenes.

Esta fiebre por ser internacional se produce debido a la tendencia a la desaparición de los salones nacionales y a los efectos que tendrá sobre las ferias la entrada en la CEE. Sobre ello, el director de la Feria de Barcelona asegura que "la actual dispersión no ayudará a los sectores a colocar sus productos en otros mercados, debido a la confusión que originará la atomización de ofertas". El comisario general de ferias es aún más taxativo: "la mayoría de las ferias españolas tendrán un futuro muy negro cuando entremos en la CEE".

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