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Mejora la situación económica del sector público en Francia

Las empresas nacionalizadas francesas atraviesan una fase de convalecencia, a la vista de los resultados obtenidos durante el ejercicio de 1983. El futuro de las mismas es incierto aún, y entre tanto, se agudiza la polémica entre los partidarios de la desnacionalización y los estatadistas.

Actualmente existen en Francia 11 grandes grupos nacionalizados. La mayor parte lo fueron por el Gobierno socialista cuando accedió al poder en mayo de 1981, pero algunas empresas (la firma Renault, sobre todo) ya pasaron a manos del Estado en tiempos del general Charles De Gaulle.Las cifras que acaban de conocerse probarían que se perfila un atisbo de mejora económica, pero con muchos interrogantes todavía. Conviene ladear el sector catastrófico (en Francia, como en el resto del mundo) que es la siderurgia: las dos empresas base del país, Sacilor y Usinor, perdieron 11.000 millones de francos el año pasado (casi 200.000 millones de pesetas), contra algo más de 8.000 millones en 1982.

El resto de las sociedades nacionalizadas finalizó el ejercicio de 1983 con un déficit de cerca de 6.000 millones de francos, lo que representa una mejora, puesto que en 1982, habían perdido alrededor de 12.000 millones de francos.

Alcanzar el equilibrio

Oficialmente, los poderes públicos habían previsto alcanzar el equilibrio de este sector nacionalizado para finales de 1985 pero, hoy, nadie niega que esa aspiración es una quimera. En términos generales, puede decirse que estas empresas del Estado están administradas como si fuesen privadas, y que algunos objetivos de los que se asignó el Gobierno socialista han sido realizados parcialmente: han invertido cantidades sustanciales a pesar de la crisis y han mantenido el empleo.La reducción de las pérdidas y el funcionamiento relativamente normal global pierde peso al examinar otras cifras: las dotaciones del Estado en capital, en 1983, aumentaron el 50% respecto al ejercicio anterior, y aún crecerán más el año próximo. El presupuesto de 1985 le asigna a dicho sector 13.000 millones de francos. Por otra parte, en algunos casos concretos, como el de Renault, las perspectivas son negras. La firma automovilística francesa perdió 1.576 millones de francos en 1983, pero calculan los expertos que su déficit futuro podría alcanzar hasta los 6.000 millones. A otras empresas les ocurría otro tanto, mientras alguna, como Rhone-Poulenc, en los últimos tres años, ha pasado de un déficit de cerca de 300 millones de francos a unos beneficios de 159 millones.

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