El Madrid, condescendiente con el Veyey

Ya deparará el destino motivo para más arduas peleas en la Copa de Europa. Cercanas están, pues el Real Madrid se ha clasificado para: la fase final de la Copa de Europa, ya en competencia con los grandes del baloncesto europeo, porque están todos los que deben estar y no falta ninguno. Ante el campeón suizo, ayer, habría bastado un poco de baloncesto de salón, mal llamado de guante blanco si se ejecuta con arte. Entre ambas expresiones media suficiente distancia. Era evidente que no había peligro de cornada (guante blanco), aunque el Vevey obtuviera un merecido empate. Pero nadie vio la calidad por parte alguna (juego de salón).Que los jugadores del Vevey se muevan con cierto sentido sobre la cancha, prodiguen algunas asistencias de mérito y cuenten con alguna facilidad para los lanzamientos no les convierte en rivales de cuidado. Ni mucho menos. Pero que el Vevey, dejando por sentado que la eliminatoria estaba resuelta, empate a 79 tras un desgaste defensivo equivalente a cinco personales, resulta irrisorio. Pues irrisoria, en su condescendencia, fue la actuación del Real Madrid.

No valió ni como entrenamiento porque, si hubieran jugado de salón, Lolo Sáinz les habría dado una palmadita en la espalda e ido tranquilo a dormir, pensando que el equipo sigue listo, a punto, y que no le rondan a sus jugadores malos pensamientos.

La fase final dé la Copa de Europa se resolverá por el sistema de liga a doble vuelta entre Real Madrid, Granarolo, Banco di Roma, TSKA de Moscú y Maccabi de Tel Aviv. Los dos primeros jugarán la final el 4 de abril en lugar aún por decidir. Los resultados de ayer fueron: Banco di Roma, 90; Efes, 55. Granarolo, 98; Panathinaikos, 67. Limoges, 69; TSKA Moscú, 81. Maccabi, 132; Sunsir, 75.