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Masiva despedida a Indira Gandhi.

La asesinada primera ministra de la India recibió ayer el último adiós de su pueblo, en una multitudinaria ceremonia a la que asistió más de un millón de personas, llegadas a Nueva Delhi desde todos los rincones del país, y jefes de Estado y de Gobierno representantes de 94 naciones. Rajiv Gandhi, hijo y sucesor político de la primera ministra asesinada el pasado miércoles por dos miembros síjs de su escolta, prendió la pira funeraria a las orillas del río sagrado Yamunara, mientras la multitud coreaba solemnemente gritos de "¡La India es Indira, Indira es la India!" e "¡Indira es inmortal!". Los ritos funerarios durarán tres días, hasta que las cenizas de Indira Gandhi sean aventadas sobre el lugar sagrado. En la fotografía, de izquierda a derecha, Rajiv Gandhi, junto a su esposa, Sonia, y sus hijos, Rahul y Priyana, contempla la incineración del cadáver de Indira. Mientras, ayer continuó la oleada de violencia sectaria en todo el país, contabilizándose ya más de un millar de muertos, en su mayoría pertenecientes a la secta sij.

Páginas 2, 3 y 4

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