Una minoría influyente
Los 10 millones de sijs que viven en el Estado de Punjab, al noroeste de la India y los otros casi tres millones repartidos por el resto del país forman una minoría influyente y relativamente rica, con un peso social muy superior al apenas 2% de la población que supone su número. Especial significación tiene la presencia de los fieles de la secta sij en el Ejército indio (un 17%. del total, una mayoría de los cuadros), que se mantiene desde la época del dominio británico. Los ingleses se aprovecharon de la vocación guerrera de los sijs, aunque éstos participaron en los movimientos independentistas y optaron por estar en la Unión India en vísperas de la partición de 1947.Cuando comenzaron los -disturbios en Puniab y las reivindicaciones económicas, políticas y religiosas de los sijs, hace más de diez años, la primera ministra Indira Gandhi hizo aprobar una ley por la que el ingreso en las fuerzas armadas se fijaba en cuotas de acuerdo a la población de cada Estado. Esto dio a Punjab sólo un 1,5% del contigente total, lo que provocó nuevas protestas.
Además de en el Ejército, los síjs trabajan como agricultores -la gran mayoría, en Punjab-, pequeños comerciantes y en el sector servicios, especialmente como conductores de camiones y autobuses. Las comunidades de emigrantes son numerosas en el Reino Unido (unos 350.000), Canadá (300.000), Kenia (100.000), Mala¡sia (50.000), Estados Unidos (20.000) y Singapur (10.000).
El décimo y último de los gurus de la religión sij, Gobind Singh (1675-1708), impuso los cinco signos o "señas de identidad" de los fieles: no cortarse el cabello ni afeitarse; portar el kirpan o puñal; peinar y recoger el pelo; llevar siempre una pulsera de hierro y vestir un calzón largo.
El langar, la cocina comunal, es una de las características de la religión sij. En todos los templos se da de comer gratis diariamente a millares de personas; es una obra benéfica de la que se benefician no sólo los miembros de la secta, sino todos los que acudan al templo.
El Akali Dal (partido de Dios) es la principal formación política de los síjs. Se trata de un partido confesional y nacionalista que fue creado en los años veinte para luchar contra la dominación colonial británica. Su principal dirigente, Sant Harchand Singh Longowal, había declarado una guerra "a largo plazo" contra la señora Gandhi, para, según declaró el año pasado a este diario, "eliminar la discriminación que sufren los síjs en toda la India y, particularmente, en el Estado de Punjab".
Las posturas moderadas del Akali Dal fueron pronto desbordadas por el sector extremista que encabezaba Sant Jarnail Singh Bhindranwale, muerto en el asalto al Templo Dorado de Amritsar hace cuatro meses. Las acciones violentas contra los hindúes y el Ejército se incrementaron desde 1982 y llevaron a Indira Gandhi a tomar la drástica decisión de asaltar el santuario sij y someter al Punjab al control militar.
Los nirankaris son una faccíón sij contraría al Templo Dorado, que protagonizó diversos enfrentamientos con los ortodoxos, especialmente en Arnritsar, la ciudad santa.
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